Se acercan las fiestas navideñas y todos planificamos la mejor forma de disfrutar de estas fechas. Un buen plan es viajar por Extremadura y olvidarnos de las prisas, hacer turismo rural auténtico, conocer nuestros pueblos y nuestro entorno natural y reconocer los valores de una tierra que nos invita a vivir.

Extremadura tiene tantos destinos y recursos como para satisfacer los gustos de todos los viajeros, lo que sí está claro es que en esta región tenemos la posibilidad de soñar. Un sueño que comienza en cualquiera de los alojamientos rurales que existen repartidos por la comunidad. Cortijos, casonas, cabañas, castillos, casas señoriales, o antiguos molinos, edificios rehabilitados o de nueva construcción, pero todos adaptados para el deleite de quienes gustan de esta singular manera de disfrutar de la naturaleza o de la vida en el campo.

En cuanto llegamos al destino, lo primero es tomar asiento, reconocer el lugar y el alojamiento elegido para pasar unos días de fiesta con toda la intensidad. Cada zona tiene su propio carácter y eso se ve reflejado en los propios alojamientos rurales, desde el norte de Extremadura al sur, desde el este al oeste. Y lo que tienen en común todos los extremeños es un pueblo hospitalario por naturaleza, que da lo que tiene al que quiere conocernos.

Por pueblos y sierras

A partir de aquí, el recorrido puede comenzar por el entorno más cercano, ya sea el pueblo o la sierra. Pueblos con barrios históricos y bien conservados como el judío de Hervás o el gótico-judío de Valencia de Alcántara, las típicas calles de Zafra, como la comercial calle Sevilla, o el histórico Jerez de los Caballeros. Cada lugar tiene su encanto particular, simplemente tenemos que coger el mapa y elegir destino, y saber cómo queremos sentirnos por unos días.

En un breve recorrido por las comarcas podemos comprobar la enorme riqueza cultural y natural que nos rodea. Si vamos por las comarcas de Sierra de Gata, Hurdes o Trasierra (Cáparra), en la parte más noroccidental de la región, veremos dos aspectos orográficos bien distintos: las sierras propias de Gata y las Hurdes y las dehesas y llanos de Trasierra-Tierras de Granadilla. La época romana nos viene a confirmar el interés de la administración de Roma por estas comarcas ricas en oro y estaño o bien como paso estratégico de una de las vías de comunicación más importante de la Hispania romana, la Vía de la Plata, que unía la capital de la Lusitania con las tierras del norte peninsular y que atravesaba la comarca de Trasierra, con centros de la importancia de Cáparra, con su monumental y espectacular arco a la cabeza. Su rica gastronomía, sus vinos de pitarra y sus aceites identifican a estas comarcas. Tenemos el Museo Rural del Aceite y el Vino en San Martín de Trevejo o el Centro de Documentación de las Hurdes en Pinofranqueado.

El Valle del Ambroz, el Jerte y la Vera, atravesados por tres afluentes del río Tajo: el río Ambroz, el Jerte y el Tietar, riegan sus valles y fluyen arropados por las elevaciones de Tras la Sierra y Tormentos, auténticas divisorias naturales con puertos que dan accesos de una a otra comarca, bien a través del de Honduras que une el Jerte con el Ambroz o del de Piornal, para acceder de la zona jerteña a La Vera. Son caminos que merece la pena recorrer por la gran belleza que reflejan. Por aquí, por Tornavacas, cruzaría el emperador Carlos V, al final de su vida, buscando el descanso que encontraría entre los muros del Monasterio de Yuste, Patrimonio Europeo, en Cuacos, en plena comarca de La Vera, tras unos meses de estancia en Jarandilla. La gastronomía ofrece una cocina peculiar y variada, con productos naturales como eje principal en la elaboración de los platos.

Y dando un salto hacia el centro de la provincia de Badajoz, paramos en las comarcas de Tierra de Barros, Sierra Grande y Zafra-Río Bodión. La vid y el olivar son las bases de las principales industrias de la zona, su rica cocina tiene como base la abundante y apreciada caza y la cría del cerdo ibérico; el aceite de oliva es apreciado por su calidad y sabor, al igual que sus excelentes vinos reconocidos con la Denominación de Origen Ribera del Guadiana. A la hora de hablar de la historia de estas comarcas destacan la abundancia de pinturas rupestres esquemáticas en Hornachos, Alange, La Zarza y Oliva de Mérida. Por no hablar de lo que han significado estos territorios para los romanos, por aquí pasaba la Vía de la Plata, dejando importantes centros romanos como el de Medina de las Torres, Zafra, Los Santos de Maimona o Villafranca de los Barros. También hay que destacar los centros termales de la importancia de Alange o el Raposo.

El hábitat del ibérico

Nos detenemos en las comarcas de la Campiña Sur, Tentudía y Sierra Suroeste, en la zona meridional de la regióni. El paisaje se caracteriza por el dominio de la dehesa que se adorna con sierras de poca altitud, a excepción de Pasa a la página siguiente