Se le considera el último hippy y su idea más reciente no va a desmentirlo. Neil Young publica mañana un disco con el que desea concienciar a la sociedad (o, por lo menos a sus seguidores) de la necesidad de reconducir la adicción de la raza humana al petróleo y dar un paso en favor del uso de las energías renovables. El rockero, cuya carrera se ha alimentado principalmente de electricidad que emana su guitarra, propone la energía eléctrica como solución para mantener en movimiento la voluminosa flota automovilística estadounidense sin dañar el planeta.

Fork in the road es un disco conceptual sobre un personaje que conduce un viejo coche trucado para funcionar con energía eléctrica. En sus nuevas canciones Neil Young evoca el placer de conducir por las largas carreteras americanas, pero también la necesidad (y la viabilidad) de adaptar los viejos motores a las nuevas exigencias del planeta. Si Living with war fue su manifiesto pacifista en tiempos de la guerra de Irak, Fork in the road le sirve para posicionarse en el campo de las energías y el cambio climático. Es, en definitiva, su alegato ecologista.

A diferencia de otros grandes del rock, Young no necesita densas reuniones de márketing ni estudios de mercado para dar un nuevo paso. Se levanta por la mañana, ve cosas que no le gustan, siente la necesidad de exponerlas en un disco y lo graba. Fork in the road es una fulminante reacción ante el lento tránsito hacia las energías renovables. El repertorio se compuso y grabó durante su gira de 2008 y el resultado refleja esa urgencia: el sonido es crudo, las canciones tienen estructuras simples (apoyadas a menudo en ritmos de boogie-blues) y las letras son todavía más sencillas.

FRESCO Y CRUDO Tal vez sea este el disco más fresco y menos elaborado de cuantos ha publicado en esta década. Hay muchas guitarras eléctricas, algún corte acústico, leves detalles de rap-funk y versos que parecen escritos sobre la marcha. En un momento lanza una crítica sobre la guerra y en otro ya introduce apuntes sobre la actual crisis económica ("¿dónde fue todo el dinero?", se pregunta), pero las rimas sobre motores, combustible, carreteras, curvas, ruedas y sensación de libertad al volante son el plato principal de un disco ideal para disfrutar en ruta.

Hay dos títulos que trascienden el guión automovilístico para incorporar un mensaje más genérico. En la acústica Light a candle , Young invita tener en cuenta a las futuras generaciones: "Enciende una vela en la oscuridad para que los demás puedan ver (...) Es una oportunidad para dar un nuevo sentido a cada movimiento que hacemos, desde las cavernas de las que venimos", propone. Por su parte, en Just singing a song , además de recuperar la intensa envergadura eléctrica de los mejores Crazy Horse, anima sus fans a tomar partido: "Puedes tocar mi guitarra, ver a dónde va, enviar una canción a una estrella lejana mientras el ritmo estalla (...) Puedes subir a mi coche, ver cómo rueda, sentir la nueva energía avanzar lentamente (...) Puedes cantar sobre el cambio mientras sigues con lo tuyo, puedes ser lo que intentas decir mientras la gran rueda gira".