Años atrás, durante Semana Santa abundaban las reposiciones de superproducciones con tema bíblico. Pero los tiempos han cambiado y el cine que llega por Semana Santa tiene ya poco o nada que ver con la época en cuestión. De todos modos, la película protagonizada por Cage, Señales del futuro , estrenada en las pantallas extremeñas se inserta en la modalidad de la ciencia ficción con parábola religiosa, aunque desde una perspectiva distinta a la de un M. Night Shyamalan, por ejemplo, y sin tanto delirio como el mostrado por Darren Aronofsky en La fuente de la vida .

Señales del futuro certifica, en todo caso, el valor del director Alex Proyas y el tono incombustible del actor Nicolas Cage, que lleva años en la picota, pero sigue trabajando como el que más. A la espera de que se estrene el remake que ha protagonizado de Teniente corrupto , la película bárbara de Abel Ferrara que ahora ha versionado Werner Herzog, Señales del futuro nos muestra al sobrino de Francis Ford Coppola en su salsa.

NIÑA ATORMENTADA Amante del contacto directo con cineastas variopintos, inclasificables o de trato complejo (Oliver Stone, John Woo o los citados Herzog y Proyas), Cage interpreta en Señales del futuro a un astrofísico que ha enviudado y vive solo con su hijo pequeño. Todo cambia en su vida cuando el niño recibe una hoja de papel donde, 50 años antes, una niña atormentada escribió una sucesión interminable y obsesiva de números. Colocados adecuadamente por el protagonista tras una noche entera sin dormir, en una de esas secuencias donde Cage exagera más de la cuenta pero siempre acaba siendo convincente, los números describen los lugares y las fechas donde se han producido sonadas catástrofes posteriores a 1959.

Estamos en el terreno de las predicciones y la ciencia ficción religiosa, y si Cage campa a sus anchas por la pantalla, el director Alex Proyas parece sentirse muy cómodo con esta historia imposible donde se mezclan el apocalipsis, los elementos paranormales, el thriller cosmológico, el relato de terror y el cine de catástrofes. Proyas es un gran cineasta ninguneado y abierto a todo por lo que al fantástico se refiere. Nacido en Egipto en 1963 y fogueado en el campo de los videoclips y los anuncios publicitarios, debutó con un filme neogótico de culto, El cuervo , y realizó en 1998 la excelente Dark City , un oscuro y sombrío filme fantástico, mezcla de film noir, relato expresionista y cyberpunk, que los hermanos Wachovski utilizaron como algo más que un referente visual en la confección de secuencias de Matrix . Cineasta expoliado, pues, Proyas ha seguido dentro del fantástico con suerte dispar. Su trayectoria tiene mérito: en sus dos últimas películas, Yo, robot y Señales del futuro , ha lidiado con estrellas tan variopintas como Will Smith y Nicolas Cage.