Sentada en un sofá de estilo regio, Zara Phillips (foto) mira de frente a la cámara, con la mano apoyada en la barbilla, entre divertida y desafiante. Su elegante vestido color crema de Roberto Cavalli, con un generoso escote, arrastra por el suelo y está, como las sandalias y las piernas de la joven, salpicado de barro. La sangre azul no es incompatible con el lodo y la vida todo terreno.

La foto realizada por Mary McCartney, la hija de Paul McCartney, en la antigua mansión del que fuera primer ministro Winston Churchill, forma parte de una campaña publicitaria de la firma Land Rover. La nieta de Isabel II se ha convertido, así, en el primer miembro de la familia real británica, en la línea del trono, que aparece en un anuncio.

SIN CONSULTAR La soberana no ha sido consultada y ni siquiera existe la excusa de que el dinero pagado por la firma de automóviles será destinado a fines caritativos. Criticada por los monárquicos más conservadores, Zara, de 25 años, número 11 en la línea de sucesión, no recibe dinero de la corona. "No tiene compromisos oficiales. La forma en que ella enfoca su carrera es cosa suya", ha dicho un portavoz de Buckingham.

Excelente amazona profesional, como lo fue su madre, la princesa Ana, Zara se ha proclamado campeona de Europa y del mundo este verano en Alemania. La manutención de sus siete caballos, que viene a costar unos 750.000 euros al año, es un auténtico quebradero de cabeza económico para ella, y explica que se haya prestado a ser el rostro de la firma automovilística.

Además de Land Rover, Zara cuenta con el patrocinio de la casa de apuestas Cantor Index y de la firma Rolex de relojes de lujo. Según sus amigos, la chica habría rechazado importantes contratos de firmas de cosméticos, por ser un mundo que nada tiene que ver con la hípica.