Creer en la suerte no es una opción cuando te viene sonriendo desde hace mucho. Pero la suerte, como todos sabemos, nunca viene sola. Es más, la suerte no existe si no viene acompañada de mucho trabajo, mucha generosidad y de ser, sobre todo, una buena persona. Daniel de Morón (Daniel López Vicente, Sevilla, 1981) lo es, y por eso esa suerte, en este nuevo disco, le ha vuelto a acompañar. Él ha regalado al destino ‘21’. ‘21’ por los 21 años, que como nos comenta, son los que lleva unido a una guitarra. ‘21’ porque es el siglo en el que nace esta obra en la que acompañan a la guitarra de Daniel «11 cantaores que pasarán a la historia del cante del siglo XXI». 21 casualidades, 21 causalidades…, esta periodista, tras escuchar la obra, mantiene en firme 21 razones para escucharlo y escudriñarlo, pero después de hablar con el autor, se me ocurren otras 21. Porque esta obra está llamada a ser una de las grandes en la antología del flamenco y espero, de corazón, que en eso la convirtamos los aficionados a este arte. Que cada uno haga lo que pueda…, la que les escribe, hoy ya pone su granito de arena. Pasen y Lean.

—¿Por qué un solo número para titular un disco?

—Normalmente en mis dos anteriores discos (‘Cambio de sentido’ y ‘El sonido de mi libertad’) explicaba el contenido con sus títulos, pero en éste no, y la explicación es mucho más simple. Es mi número de la suerte que se ha repetido en mi vida muchas veces y siempre para bien: cuando empecé a grabar el disco llevaba 21 años tocando la guitarra, y sin duda ninguna los 11 cantaores que van en él pasaran a la historia del cante del siglo XXI…

—Algunas críticas hablan de este disco como una obra de ‘Antología’, ¿comparte esa opinión?

—En ningún momento he querido hacer una antología, pero entiendo que se diga por el simple hecho de unir en un mismo disco a estos once artistas. Si a eso le sumas que hacen una serie de estilos que son muy distintos unos de otros, pues lo entiendo aunque la palabra queda larga. Hacer una antología sería un trabajo muy distinto a este.

—De esos artistas, ¿quiénes han sido más generosos?, ¿ellos o usted?

—(Se ríe) la generosidad es una palabra que me gusta mucho que salga alrededor de este disco, porque es una cualidad imprescindible para una guitarrista porque el simple hecho de acompañar al cante lleva implícito esa virtud. Todas las obras, todo el trabajo que uno ha hecho, todo lo que ha aprendido, se pone al servicio del cantaor en ese momento. Pero si hay que hablar de generosidad, ¡yo creo que ellos se han pasado de generosidad, ya! Yo la balanza la pongo a favor de ellos…

—Algo habrá hecho bien a lo largo de su carrera, para que se porte la gente así con usted…

—Yo siento, no solo por mi trabajo sino por todo lo que me pasa alrededor de la guitarra y de la música, que uno tiene bastante más de lo que merece. Y cuando ves el trabajo terminado y les ves, porque aparte de ser mis ídolos, son mis compañeros y son mis amigos, la verdad es que te emociona y te pone nervioso. No solo conseguirlo, sino también el proceso de hacerlo, de grabarlo, de hablar con ellos…, ha sido muy bonito y muy emocionante.

—¿Es el disco que usted quería?

—Pues sí, por una sencilla razón, porque en estas producciones te pones y es verdad que hay muchos factores que pueden hacer que se vaya a un lado u a otro, pero en este caso lo que yo quería mostrar sí lo he podido mostrar, ya que ellos cantan muy bien, cantan melodías clásicas, cantan lo que a mí me hacia falta que cantaran para yo poder mostrar la diferencia, con otras formas de acompañar, respecto a mi mismo. No quería demostrar nada, sino mostrar lo que siento.

—¿Arcángel ha sido el ángel de esta obra?

—Sí, sí. La decisión es la correcta. Yo tengo una relación con él profesional y personal muy estrecha, somos familia, mi mujer y su mujer son amigas… tenemos algo muy interesante aparte del trabajo.., le conté lo que quería hacer, el acompañamiento que quería hacer al cante, el nombre de todos ellos en el que él estaba incluido, y él, de forma automática, se echa en las espaldas la producción: me ayuda a elegir los cantes, la producción de cada uno de ellos, todo ello para que tuviera el cante lo más claro posible para que yo pudiera mostrar lo que quería.

—Ahora la guitarra de acompañamiento tiene menos protagonismo por esa generosidad de la que hablábamos…, pero en este disco, ¿en qué deberíamos fijarnos los aficionados?

—Destacaría por ejemplo, que los más mediáticos: Estrella Morente, Pitingo y Miguel Poveda hacen un estilo menos usual en ellos. Todos pueden cantar por todo pero sí destacaría el detalle, de que a personas que quizás no conozcan el flamenco ‘les llegue’ aunque no lo entiendan, pero lo único que puede suplir la falta de conocimiento es la sensibilidad y ahí no hay problema. Sin darse cuenta están escuchando tres cantes más clásicos y ortodoxos dentro de la personalidad de cada uno. A partir de ahí se pueden aficionar y enganchar a esta música. También me hace ilusión que un aficionado de toda la vida con cierto recelo a todo lo nuevo, escuche a Antonio Reyes y no le esté molestándole nada lo que hace la guitarra cuando está armonizando de una forma muy poco usual. Que el que escuche cante no le moleste nada, y al músico experimentado diga: ¡Ofú, lo que está pasando aquí…! Busco ese equilibrio, luego conseguirlo ya depende del público. Yo lo defino como un diálogo buscando la belleza. Yo busco la belleza siempre sin alterar la tradición pero desobedeciendo un poco, que es lo más normal en nuestra generación, pero con respeto.

—Alguna vez has comentado que ‘el flamenco no engaña a nadie’ pero, ¿se puede engañar al flamenco?

—(Se ríe) No creo, no creo…, yo es que veo en un simple compás veo tanta evolución que se le puede dar…, se le puede pegar un revolcón a lo clásico pero con todo el cariño del mundo. No hace falta rebelarse contra nada, y sobre todo no recurrir al mal gusto para decir que es flamenco. Si el flamenco destaca por algo es porque cuenta todos los tipos de sentimientos que existen, y cuando alguien se empeña en destruir cosas, además sin conocimiento, yo no lo quiero, no me interesa. A mi me interesa cuando una persona conoce y lo intenta cambiar o lo cambia con respeto ahí es cuando pasan cosas maravillosas.

—¿Que ha aprendido de si mismo haciendo ‘21’?

—No tenía nada compuesto de antemano, todo lo que hay alrededor está creado a raíz de lo que ellos me han sugerido a mí. No tenía unas falsetas predeterminadas ni nada. Quería que fuera realmente un traje a medida, para que fuera lo más fiel posible a lo que ellos me transmitían. Creo que el lenguaje que he empleado en cada estilo coincide con lo que ellos han sentido. Eso me hace muy feliz.