El noveno aniversario de la muerte de la princesa Diana de Gales pasó ayer prácticamente inadvertido para la mayoría de sus compatriotas británicos. No se celebró ningún acto conmemorativo, a parte de la ya clásica ofrenda de flores en las puertas de la que fue su residencia oficial, el palacio de Kensington.

La investigación de Scotland Yard sobre las causas de su muerte se retrasa y las teorías conspiratorias pierden fuelle a marchas forzadas. Pero el estreno, el 10 de septiembre, de una controvertida película, titulada The queen (la reina), ha vuelto a rememorar la muerte de Diana.

La cinta, dirigida por el prestigioso realizador británico Stephen Frears (Las amistades peligrosas, Café irlandés ), recrea los convulsos días posteriores a la muerte de la princesa de Gales, un suceso que dejó en estado de shock a medio mundo.

The queen recrea, en forma de docudrama, un país al borde de una crisis institucional con una monarquía incapaz de reaccionar a la aflicción de los ciudadanos, y a un Tony Blair que acaba de llegar al poder y tiene que presionar a Isabel II para que muestre sus emociones.

MOMENTOS INTIMOS La película, que forma parte de la sección oficial del Festival de Cine de Venecia, revela muchos momentos íntimos de una familia real normalmente infranqueable y alejada de la realidad. Su director se atreve a mostrar a la reina en la cama, junto a su marido, el príncipe de Edimburgo, recibiendo la noticia de la muerte de su nuera Diana.

En otro momento especialmente polémico se puede escuchar a la soberana comentarle a su madre que se plantea abdicar, ya que no se siente capaz de entender a su pueblo.

PERIODO TRAUMATICO La muerte de Diana de Gales, en un accidente de tráfico en París, junto a su amante, Dodi al Fayed, el 31 de agosto de 1997, tuvo como consecuencia uno de los periodos más traumáticos en la historia de la corona británica en el que, por primera vez, se replanteó el papel de los Windsor en un moderno Reino Unido.

"Esto es un funeral familiar, no una atracción de feria. Creo que la princesa ya ha pagado un precio demasiado alto", le suelta, en una escena, Isabel II al primer ministro, Tony Blair, que no acaba de creerse que en el palacio de Buckingham no ondeara a media asta una bandera en honor a la princesa.

Aunque obviamente la figura de Diana está presente en el filme, y su imagen forma parte del cartel, nadie interpreta su personaje. Las únicas imágenes que se ven de ella son de archivo.

La encargada de encarnar a la reina es la actriz Helen Mirren, que consigue mostrar a una mujer cuyos valores son sacudidos por un pueblo pidiendo carnaza.