La actriz Nuria Espert, que prepara una gira que le llevará por medio mundo con uno de los papeles "cruciales" de su vida, el de la Celestina, se siente "feliz como pocas veces" en su carrera, pero no cuando reflexiona sobre el teatro: "no es un buen momento, se hacen cosas muy mediocres, hay poco riesgo y se va la pela y a la pela", afirmó.

Espert, quien este fin de semana ha protagonizado en el Palacio de Festivales de Cantabria la versión del clásico de Fernando de Rojas que dirige el canadiense Robert Lepage, dijo, a Efe, que en los últimos años "hemos bajado bastantes peldaños", una opinión, matizó, que quizá se deba a que, a su edad y en su situación, tiene "la posibilidad de ver las cosas desde lejos" y eso "le permite juzgar mejor que en el día a día".

Pero la actriz cree que ese mal momento no es algo que sólo afecte al teatro, sino también al cine, a los periódicos y a la televisión, "que es directamente infumable en el 98% de su repertorio general salvando algunos programas que poca gente ve".

Aunque en la cartelera teatral pueden encontrarse en estos momentos "grandes éxitos y de mucha calidad", no significa, para la actriz, que "ése sea el teatro español ahora" porque ese tipo de obras van a aparecer siempre.

Pero también cree que "a la gente del teatro se le echa encima una responsabilidad excesiva, como si tuviéramos que ser la reserva espiritual de occidente, como decía Franco, o la salvación de la cultura, cuando la cultura española es todo y por cultura entiendo también la medicina o la sociología, todo".

LA DIRECCION A Nuria Espert le quedó "muy mal sabor de boca" cuando, hace diez años, la llamaron para dirigir La Celestina en el Teatro Nacional de Londres y se "tiró del proyecto" porque se dio cuenta de que iba a ser "una mala dirección", a pesar de que contaba con un equipo "excelente".

Confesó que estuvo mucho tiempo "sin poder ni abrir el libro" aunque ahora, cuando ha pasado una década, el personaje se ha convertido "en un punto de inflexión" en su carrera" y además interpretará la versión del clásico que Lepage ha construido a partir de la adaptación de otro canadiense, Michel Garneau, en ese mismo teatro.

Será dentro de una gira internacional, "con idas y venidas" que la llevará a Estambul, Sao Paulo, México y a Milán, a donde le ha invitado el prestigioso Piccolo Teatro, entre otros sitios.