El trabajo ganador del VIII Premio Arturo Barea titulado Las virutas de la memoria. Ramón Tristancho García: prensa y republicanismo rural en el Badajoz del siglo XX, descubre la figura del republicano extremeño fusilado en octubre de 1936 en la Cañada de Sancha Brava.

Según recoge la agencia Europa Press, la obra, escrita por Manuel Díaz y María Jesús Milán, ahonda en el conocimiento del republicanismo rural a través de la intrahistoria, de la vida cotidiana de la gente y las biografías, como es el caso del protagonista del trabajo. Así, descubre la figura del republicano de Torre de Miguel Sesmero, que creyó firmemente en un ideario progresista y en el necesario avance social.

La Diputación Provincial de Badajoz recuerda que este trabajo ya se presentó en primicia en la localidad natal de Tristancho, municipio que en 1902 celebró el primer congreso obrero en la historia de Extremadura.

Los autores "bucearon pormenorizadamente en la obra periodística del personaje, pues desde 1909 a 1936 escribió en la prensa regional de aquellos años". A través de la biografía de Tristancho se permite conocer la trayectoria del movimiento republicano y de las organizaciones políticas y sindicales del socialismo pacense durante aquel periodo. Los autores han trabajado con un "cúmulo de fuentes extensas y muy variadas".

Mediante los hechos narrados, el matrimonio Díaz Ordóñez y Milán Agudo, descubren la verdadera personalidad del personaje, "un hombre hecho a sí mismo, inquieto y con grandes inquietudes intelectuales y políticas a pesar de trabajar como carpintero", informan desde la Diputación de Badajoz .

De talante "abierto, negociador y ajeno a radicalismos", Ramón Tristancho, tal como lo describen sus autores, "fue un autodidacta que invertía su escaso dinero en promocionar la cultura". Añaden que "se casó por lo civil pues consideraba el estamento eclesiástico una lacra para la sociedad y siempre luchó por la escuela pública".

En su coherencia llevó hasta las "últimas consecuencias" su laicismo, pues se casó por lo civil, evitó la ceremonia religiosa en el caso de su hija Alborada y se vio imbuido del anticlericalismo imperante en la época.

Según María Jesús Milán, "criticó tanto el autoritarismo como los excesos revolucionarios, por lo que no gustaba ni en uno ni en otro bando".

Para el presidente de la diputación, Valentín Cortés, el libro de Manuel Díaz y María Jesús Milán, "honra nuestro pasado y el de los familiares de ella, naturales de la Torre de Miguel Sesmero, al igual que lo fue Ramón Tristancho, el personaje que recorre este trabajo, una persona humilde y fervoroso republicano federal, comprometido política y personalmente con el progreso".

Por su parte, el presidente del jurado y autor del prólogo, el catedrático Juan García, detalló que los autores trazan la "trayectoria vital y los rasgos individuales más importantes de una figura llena de matices, nada común en la sociología extremeña de finales del XIX y primer tercio del siglo XX".