Directora de la sección infantil de Uroc Teatro, presenta el domingo en Badajoz su versión familiar de ´Cyrano de Bergerac´ a ritmo de jazz y soul

Con un personaje tan atractivo como Cyrano de Bergerac es fácil convertir la obra de Edmund de Rostand en un espectáculo familiar. Lo sostiene Olga Margallo, directora y adaptadora de este clásico del teatro francés, que el domingo se presenta en el teatro López de Ayala de Badajoz a las 12.00 y a las 18.00.

Margallo, en Extremadura, es un apellido de resonancias teatrales. Margallo es su padre (Juan), uno de los principales valedores del teatro independiente en España. Podría pensarse que de tal padre tal hija, pero no ocurrió así al principio. "Yo no quería dedicarme al teatro", afirma ella, algunos de cuyos recuerdos más felices están asociados a su infancia extremeña, cuando pasaba temporadas en una aldea próxima a Valencia de Alcántara. Más bien, Margallo odiaba el teatro porque lo asociaba a las separaciones de los padres (la madre, Petra Martínez, es también actriz); aunque llegó a ir con ellos de gira. Pero no pudo esquivarlo.

EN LOS COLEGIOS Cuando entró en la universidad empezó a asistir a la Escuela de Arte Dramático de Madrid. Tenía 18 años y empezó a dar clases de teatro a niños en los colegios. Y una cosa llevó a la otra. "Siempre quise ser profesora y lo que está más cerca del teatro siendo profesora son los niños".

De manera que su no existente vocación teatral se convirtió en una dedicación al teatro infantil o familiar, como ella prefiere. Y así entró, en 1996, en la sección infantil de Uroc Teatro, la compañía fundada por sus padres.

No le ha ido nada mal. Ganó un Max por Qué es la vida al mejor espectáculo infantil en el 2004 y ha dirigido con fe artística montajes para niños que hablaban de la separación, de la muerte o versionaban clásicos como Don Quijote .

"Cuando pienso en el teatro infantil pienso en su equivalente en el cine, en películas como Toy story , a las que pueden ir niños y padres. Y se pueden escuchar las risas de unos si los personajes son graciosos o las de los otros si captan la ironía de las escenas"

Así pues, nada de públicos complacientes. "No, los niños son exigentes. Si se aburren se ponen a hablar. Pero si les cuentas una buena historia que tenga conflictos, que sean emocionantes, y lo haces con ganas, entonces les gustará".

Y en Cyrano de Nueva Orleans están esas claves. "Es un personaje orgulloso, complejo, un tanto chuleta y poético", explica Margallo. Cambiando el verso por la prosa, convirtiendo a Cyrano y sus oponentes en músicos, en lugar de espadachines, y trasladándolos a la Nueva Orleans del jazz y el soul, donde los duelos son de instrumentos, la directora ha construido ese espectáculo que responde a su idea de teatro familiar.

Aunque sigue básicamente la trama de la obra, la historia de amor entre Cyrano y Roxanne no queda en sombras (él no le declaraba su amor) como en el original.

Ella toma las riendas y le pide que le diga lo que siente. Y este es el mensaje o el lema de Cyrano de Nueva Orleans , que se escucha a ritmo de jazz. "Atreverse a expresar los sentimientos, no importa los complejos que se tengan, porque si no la vida es una tristeza".