Oliver Stone sabe que su nombre suele ir acompañado de adjetivos como controvertido y polémico, sobre todo cuando en Estados Unidos se habla de sus opiniones políticas o de algunos de sus proyectos cinematográficos, ya sean ficciones como JFK o documentales como Comandante . Para acallar a los agoreros, y al anunciar que el presidente de Estados Unidos, George Bush, va a ser su próximo objetivo cinematográfico, Stone se ha apresurado a prometer que intentará componer "un retrato justo y verdadero".

"La gente ha convertido mis ideas políticas en un cliché pero eso es superficial. Soy un dramaturgo interesado en la gente y tengo empatía por Bush como ser humano, como la tuve por Castro, Nixon, Jim Morrison, Jim Garrison y Alejandro Magno", ha declarado Stone a Variety.

La publicación dio ayer los detalles del proyecto, que aún necesita asegurar la financiación. El guión está firmado por Stanley Weiser y Stone quiere que Josh Brolin encarne al presidente. Stone adelanta que el filme tendrá un enfoque similar al de Nixon y anuncia "sorpresas tanto para los detractores como para los admiradores de Bush".