El cine italiano, por fin, despierta de una agónica década de letargo. Resulta definitivo el empujón que ayer noche le dio la Academia del Cine Europeo (EFA) cara a los Oscar de Hollywood, donde opta a ser finalista. Este palmarés lanza, de nuevo, a la filmografía de la fructífera tierra de Fellini a la órbita internacional, al conceder a Gomorra los cinco premios a los que optaba, entre ellos el de mejor película, director y guión.

La valiente adaptación de Matteo Garrone del ensayo literario en el que Roberto Saviano se atreve a sumergirse en la ciénaga de la mafia napolitana se pasó toda la gala encaramada al podio. Il Divo , de Paolo Sorrentino, tampoco se fue de vacío al compartir con Gomorra el reconocimiento a Toni Servillo como mejor actor en ambos filmes.

En la lujosa fiesta celebrada en Copenhague, Gomorra acaparó cinco estatuillas, entre ellas la de mejor película, algo que Italia no conseguía desde que en 1998 los llamados popularmente Oscar europeos consagraron a La vida es bella , de Roberto Benigni.

METEDURA DE PATA El primer premio ya fue coreado por el público antes de que fuera abierto el sobre. Estaba cantado: mejor guión para Gomorra , que ha sido versionado por el propio Saviano. Al estar amenazado de muerte, no viajó a Dinamarca por razones de seguridad.

El segundo provocó todo tipo de reacciones menos aplausos. Los presentadores daneses todavía están con palpitaciones tras su metedura de pata. Al anunciar el nombre del mejor director de fotografía gritaron: "El premio es para Oscar Faura por El orfanato " La euforia de Juan Antonio Bayona apenas duró cinco segundos, el tiempo justo para que Faura se levantara mientras desde el escenario lamentaban que se trataba de un error, que la estatuilla era para Marco Onorato por Gomorra . El orfanato , como bien intuía Bayona, se fue de vacío.

Anamaria Marinca, protagonista de Cuatro meses, dos semanas, tres días , película ganadora de la pasada edición, entregó el premio al mejor director. Con la estatuilla en la mano y los ojos vidriosos, Garone, advirtió de que Gomorra es una película peligrosa. "Habla de personas que viven en la jungla de la guerra y que tienen que sobrevivir".

En el apartado actoral, la decisión de los académicos europeos no coincidió con la de los grandes festivales. Ni Toni Servillo ganó en Cannes, donde partía como favorito por sus camaleónicos papeles en Il divo y en Gomorra , ni Kristin Scott Thomas se llevó el Oso de Plata en Berlín por su deslumbrante interpretación en Hace mucho que te quiero . Se hizo justicia.

Ayer ganaron, aunque solo Servillo subió al escenario. Dedicó el galardón a sus adorados Garrone y Sorrentino. "Con ellos he vivido gratificantes experiencias artísticas y humanas", declaró el intérprete.

Y mientras Harry Potter y la Orden del Fénix , de David Yates, logró el premio a la mejor película por votación de público, Judi Dench fue homenajeada con el galardón por su trayectoria. La británica se emocionó. Los 1.400 invitados en pie (entre ellos, los príncipes Federico y Mary de Dinamarca) pudieron con la gran actriz. Dench lloró.

Más frío fue el homenaje a los patriarcas del movimiento Dogma. Ni Lars von Trier logró levantar pasiones.