El gremio del cine cierra filas en torno al acosado (en términos judiciales) Roman Polanski, cuyo último trabajo arrasó ayer en la entrega de los Premios de la Academia de cine europeo, celebrada en la gélida capital de Estonia, Tallin. El solvente thriller El escritor se lo llevó casi todo. Estaba nominado a siete estatuillas y conquistó seis. "Muchísimas gracias, esto es demasiado", explicó el director polaco de 77 años, que evitó su presencia física en la gala por los problemas que tiene con la justicia americana. Recordemos que cometió una violación hace 30 años y que Estonia tiene acuerdo de extradicción con Estados Unidos. Mejor quedarse tranquilo en casa, donde se conectó por videoconferencia con el Nokia Concert Hall de Tallin. Hizo bien en no acudir porque la gala fue larga y aburridita. Y eso que uno de los lemas fue: "Sea libre para reír".

Los españoles no se rieron mucho. No tanto debido al frío, al caos aeroportuario y a los escasos golpes de humor de la gala, sino a la cara de tonto que se le queda a uno cuando, injustamente, no escucha su nombre. Para empezar no se escuchó ni siquiera el de Luis García Berlanga, aunque sí el del italiano Mario Monicelli y el del francés Claude Chabrol, en el apartado de grandes directores recientemente fallecidos.

MEJOR GUION Uno de los Oscar europeos que más dolió al equipo español fue el de mejor guión, al que aspiraban Daniel Monzón y Jorge Guerricaechevarría por Celda 211 , que ha dado muchas alegrías a la taquilla española pero que ayer se fue de vacío de Tallin. Luis Tosar, hombre del año en el cine español, aspiraba a llevarse una estatuilla por su escalofriante Malamadre, papel por el que conquistó el Goya. A pesar de que tenía muchas opciones, el gallego veía complicado salir victorioso. Su mayor temor era Elio Germano, el intéprete con el que Javier Bardem compartió el premio al mejor actor en Cannes. "No he visto su película, La nostra vita , pero si en Francia le dieron el premio junto a Javier me imagino que su papel será brutal". El premio europeo no fue a parar no a las manos de Elio Germano sino de Ewan McGregor. Otro respaldarazo para Roman Polanski.

Al igual que Polanski, McGregor causó baja en Tallin. No por problemas con la justicia, sino porque su agenda está a tope, en mitad del rodaje de Lo imposible , en la que J. A. Bayona narra el tsunami que azotó el sureste asiático en el 2004 y en la que McGregor comparte protagonismo con Naomi Watts. El actor escocés no se conectó con la gala a través de Skype, sino a través de un vídeo, en el dejó clara su pleitesía a Polanski por otorgarle el papel de escritor que intenta poner en orden las memorias de un controvertido exprimer ministro (Pierce Brosnan). La película, que tiene conexiones más que evidentes con la realidad política actual (la invasión de Irak), ya se llevó el premio a la mejor dirección en el pasado festival de Berlín. La decisión fue tomada como una protesta gremial hacia el arresto domiciliario que el realizador sufrió en su mansión de los Alpes suizos.

´EL SECRETO DE SUS OJOS´ La única estatuilla que no se llevó fue El escritor fue la de montaje, que recayó en Carlos . El resto a las que estaba nominada, todas. Incluidas las de dirección, actor, guión, banda sonora y dirección artística. Llegados a este punto, el último premio de la noche tuvo de todo menos emoción. Tras arrasar, ¿había alguna duda de que El escritor no iba a tener su colofón de oro? Ninguna. Nadie daba un euro porque El secreto de sus ojos , del argentino Juan José Campanella, saliera reforzada como la mejor película europea. "Ya ha tenido el Oscar de Hollywood, que se confome", debieron de pensar los académicos sobre el estupenda filme.