Pájaros muertos , la primera película dirigida por Guillermo y Jorge Sempere, transcurre durante un verano en el que se altera la vida idílica en la burbuja irreal que supone una urbanización cerrada de alto nivel, a partir de la aparición de varios cadáveres de aves. El filme, que se presentó ayer en la sección oficial del Festival de Cine Español de Málaga, cuenta con producción extremeña de la empresa Nacidos Niños y ha recibido una subvención de la Junta de Extremadura de 200.000 euros.

Escenarios extremeños de Cáceres y Arroyo de la Luz aparecen en esta obra, que tiene como referencias, según sus directores, Pequeña Miss Sunshine , American Beauty o Las vírgenes suicidas .

Jorge Sempere afirmó en rueda de prensa que un proyecto al que han dedicado los últimos tres años, "se levanta con mucho esfuerzo".

Para su primo Guillermo Sempere, lo que se suele denominar cine independiente "es el más dependiente, porque se depende de todo el mundo y de que te echen una mano".

La actriz Silvia Marsó considera que la aparición de los pájaros muertos es sólo "un pretexto para mostrar lo que ocurre en familias felices, que tienen un nivel social alto o lo aparentan", cuando se produce "la ruptura del espejismo en el que viven".

Su marido en la pantalla es Alberto Jiménez, quien ha calificado la película como "una comedia amarga". El otro matrimonio protagonista es el que encarnan los argentinos Eduardo Blanco y Claudia Fontán, cuyos personajes pasan por estrecheces económicas después de fracasar su negocio de venta de algas.