La reina Sofía inauguró ayer el Palau de las Artes de Valencia que lleva su nombre y presidió un concierto, dirigido por Lorin Maazel y Enrique García Asensio, donde las piezas de compositores españoles fueron las protagonistas para ensalzar la arquitectura de un auditorio diseñado para el siglo XXI.

Doña Sofía llegó al nuevo coliseo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias acompañada por la ministra de Cultura, Carmen Calvo, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, la alcaldesa, Rita Barberá, el arquitecto del edificio, Santiago Calatrava, y otras autoridades civiles y militares valencianas, y allí fue recibida por un grupo folclórico de tabalets y dolcainas.

La Reina recorrió algunas de las estancias de este edificio de 40.000 metros cuadrados y, que según los últimos cálculos oficiales, ha supuesto una inversión de 250 millones de euros.

Así pudo contemplar los 57.000 metros cúbicos de hormigón blanco que se han utilizado para la construcción del edificio que culmina el gran proyecto arquitectónico de la zona de expansión de Valencia.

Concebido como un gran complejo musical, uno de los mayores del mundo de este género, el edificio tiene una altura de 75 metros repartidos en doce niveles, con salas específicas para los diferentes tipos de audiciones.

CONCIERTO INAUGURAL Lorin Maazel, que será su director musical, y el público recibieron en pie a la comitiva, que ocupó el palco central desde el que, tras oír el himno nacional, escucharon las piezas interpretadas por una orquesta creada ex profeso, Músics, formada por un centenar valencianos integrantes de agrupaciones sinfónicas nacionales e internacionales.

En un escenario de 1.550 metros cuadrados y con la tecnología más avanzada, los músicos interpretaron un programa con un "hondo sentido español", como lo definió el consejero de Cultura, Alejandro Font de Mora, que incluía en la primera parte los fragmentos más conocidos de la ópera Carmen de Bizet, como la habanera y el toreador.

En la segunda parte, en la que tomó la batuta Enrique Asensio, se interpretaron romanzas de autores valencianos, entre ellas La revoltosa de Ruperto Chapí, Don Gil de Alcalá de Manuel Penella, La canción del olvido y El trust de los tenorios de José Serrano.

La velada concluyó con la vuelta a la dirección de Lorin Maazel para dirigir Los cuatro madrigales amatorios de Joaquín Rodrigo y la suite II de El Sombrero de tres picos de Manuel de Falla.

Antes de la llegada de doña Sofía, los 1.700 invitados al concierto, entre ellos personalidades de la cultura, la política, el periodismo y la empresa, desfilaron por la alfombra roja ante la mirada de numerosos ciudadanos que se agolparon en los puentes cercanos al Palau.

Entre ellos estaban Mario Vargas Llosa, Víctor Ullate, José María Cano, Emilio Aragón, Rosana Pastor, Nuria Espert, Francis Montesinos, Luis del Olmo, Eduardo Zaplana, Carmen Alborch y Juan Carlos Ferrero.

El concierto de ayer se repetirá hoy, coincidiendo con el Día de la Comunidad Valenciana, y será de entrada libre.