En tiempos, Venecia era el modelo de la belleza en la tierra y lo seguiría siendo si no fuera porque en el siglo XXI las hordas turísticas han completado sin contemplaciones la transformación de la ciudad en un escenario teatral, un hermoso cadáver. Ya ningún veneciano se asoma a los balcones, nadie cuelta la ropa en sus ventanas y solo queda la pura admiración ¿bobalicona? del visitante a golpe de banderín de guía. El filósofo e intelectual francés Regis Debray escribió en el 2011 un panfleto contra la serenísima ciudad de la que, asegura, ha perdido su autenticidad y la batalla frente a la bulliciosa, sucia, ordinaria y gritona Nápoles, que sin embargo sigue manteniendo la virtud de estar viva. Lo que no es poco. Debray, viejo marxista y amigo del Che Guevara -aunque sobre él haya pesado siempre la sospecha de que le delató a sus captores- se sitúa en el centro del agobio del viaje organizado, lanza acusaciones y se burla con humor negro del deterioro de nuestra percepción. ¿Hay posibilidades de encontrar todavía el corazón intacto de lo que fue Venecia entre tanto cliché y tanto consumismo?

3 CONTRA VENECIA SFlbRegis Debray

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