Con la cabeza alta, muy calmada y andando despacio entre una turba de periodistas, Isabel Pantoja ponía fin ayer a las especulaciones sobre su posible ruptura con Julián Muñoz al acudir a visitarle a la cárcel provincial de Jaén con motivo del 58º cumpleaños del exalcalde. Aunque no hizo declaraciones, a la salida se limitó a comentar, llorosa, que su pareja estaba bien de salud y que la relación continuaba.

Esta visita carcelaria ha supuesto uno de los momentos más tensos del annus horribilis de la tonadillera, ya que el cumpleaños coincide con la reciente operación a la que se ha tenido que someter Muñoz a causa de problemas cardiovasculares.

Por si fuera poco, la relación a distancia que la pareja se ha visto obligada a mantener se ha complicado con la aparición de nuevos datos de la operación Malaya contra la corrupción en Marbella. Así, se ha desvelado un supuesto pago, a comienzos de este año y mediante un banco suizo y cuentas radicadas en paraísos fiscales, de 400.000 euros por parte del exalcalde a su exmujer, Maite Zaldívar, detenida en la operación y acusada de blanqueo de capitales.

Esta noticia motivó que, el pasado fin de semana, Pantoja mandara un comunicado al programa ¿Dónde estás, corazón? asegurando ser una "víctima" y haberse "sentido engañada" ya que, explicaba, Julián Muñoz siempre le dijo que no tenía dinero, y tenía que ser ella la que le mantuviera económicamente.

ENCUENTRO EFUSIVO Pese a todo, Isabel no ha querido dejarlo solo en tan sufrido momento. A las once de la mañana, la cantante llegó por segunda vez en cuatro meses a la prisión de Jaén. Tras salvar el control periodístico, el policial fue más sencillo. Pantoja mostró el carnet de identidad y se adentró en la zona de visitas. Allí coincidió con las hermanas de Julián, y rápidamente fue conducida a las salas habilitadas para el vis a vis , donde, según testigos, Isabel y Julián --muy desmejorado-- se saludaron de forma muy efusiva.

La cita duró dos horas. A la salida, Isabel, arropada con gritos de "guapa" y "ánimo" de otros visitantes, mostró el rostro compungido y con las lágrimas a punto de brotar. Con la voz rota, apenas tuvo fuerzas para decir que Julián está bien y para confirmar, con un movimiento de cabeza, que la relación sigue.