--En EEUU ya ha aparecido la 18 novela de Scarpetta ( Port mortuary ), pero en España Ediciones B publica ahora la 17, El factor Scarpetta . Es la segunda que ha ambientado en Nueva York. --Siempre quiero explorar muchas cosas con cada libro. Cuando empezaba este estaba en Nueva York. Era Navidad, un año después del colapso financiero, y me golpeó la devastación, los edificios con locales cerrados, la gente con comida en bolsas que ya no iba a restaurantes- Era muy deprimente. Me interesó entretejer el tema financiero. Intento decir a los lectores algo de los personajes que no se sepa.

--En el libro se menciona a Bernard Madoff y hay una trama de fraude a gran escala, pero la novela no presta mucha atención a la psicología de los criminales. --Son auténticos sociópatas, no muy distintos a los asesinos en serie aunque no usen la violencia. Al final todo tiene que ver con el abuso de poder. Madoff, por ejemplo, vivió décadas robando cada día, sin conciencia, ni remordimiento. Y tipos como él lo hacen una y otra vez, sin importarles sus víctimas. Pero como escritora debo tener cuidado porque si paso demasiado tiempo analizando eso puedo distraer al lector respecto de otras partes del libro. Tengo que asegurarme de que no pierdo el control haciendo que la gente se pierda o se aburra.

--Justo cuando el libro se publicó en EEUU, usted denunció a sus gestores financieros (por malversar 30 millones de euros de su fortuna). ¿Le influyó eso al escribir? --No, escribí antes de demandarles. Si lo hubiera hecho después habría tenido mucha más rabia en esa parte de la trama e incluso me pregunto si hubiera ido por ese camino.

--¿Qué es lo principal que aporta El factor Scarpetta a la serie? Son ya 20 años desde Post mortem...

--Hay tanta historia acumulada en los personajes que lo que quiero en cada libro es centrarme, aparte de en una trama criminal particular, en algo de ellos que no se sepa. Creo que ahora buena parte de la saga ya no trata sobre los crímenes concretos, sino sobre los personajes. Hay que enseñar muchos detalles sobre ellos. Se requieren más explicaciones, saber quiénes son, eso es lo que la gente quiere. Muchos fans quieren pasar tiempo con ellos y eso hace que las novelas sean tanto o más sobre personajes que sobre crímenes.

--¿Esa larga historia puede echar para atrás a lectores nuevos? --Esa es otra razón por la que doy muchos detalles sobre los personajes, porque pienso también en gente que coge este libro como el primero, no quiero que se sientan excluidos. Odio decirlo, pero una saga como esta me exige casi acrobacias literarias.

--Arrastrar esa historia de varios personajes debe de ser un reto cada vez mayor- --Lo es, pero es también lo hace divertido. Hay muchas cosas que no he enseñado a los lectores porque yo tampoco las sé. Desconozco cosas de mis personajes hasta que escribo y es solo en ese momento, cuando me pongo a escribir, cuando se crea todo.

--¿Teme perder a los lectores más interesados en crímenes y misterio? --Yo investigo como una loca y la ciencia forense de cada libro es exhaustiva, pero todo va en una enorme corriente de drama personal. Tengo que escribirlo así porque si no me aburriría. Y no puedes contentar a todo el mundo: habrá gente que se enamoró en los primeros libros, cuando las historias eran más simples y la ciencia forense y la trama llevaban el timón. Y quizá algunos sigan queriendo eso, buscando puramente el suspense, pero a muchos les importan los personajes.

--¿Qué parte de su regreso cada año a la saga tiene que ver con eso y qué parte con el éxito ya logrado? --No puedo imaginar no escribir, si no lo hago no soy feliz. Necesito escribir de una forma en que la gente quiera leer lo que escribo.