El nuevo single de Paul McCartney, Fine line, adelanto del que será su 20 disco en solitario tras la disolución de los Beatles, ya suena en internet y el próximo lunes estará en el mercado. El nuevo disco, Chaos and creation in the backyard , saldrá en todo el mundo el 12 de septiembre y representa el más decidido intento de McCartney de recuperar prestigio artístico, no ya por lo que hizo en el pasado, sino por lo que hace en el presente.
La elección como productor de Nigel Godrich (que ha trabajado con artistas actuales como Radiohead, Travis, Beck, Air y The Divine Comedy) responde, además de a un intento de actualización musical, a una maniobra del propio artista británico para sacudirse el aburguesamiento creativo.
"Nigel me sacó de mi comodidad y me probó de verdad. La gente normalmente es un poco servil cuando está a mi lado, pero él se comportó como un descarado. Si una maqueta no le gustaba, me decía que era basura", ha dicho McCartney tras su experiencia con Godrich.
"No quería correr con este disco. Hemos tardado 18 meses en grabarlo, y creo que ha merecido la pena la espera. La música se iba volviendo cada vez más profunda e interesante", asegura el ex-beatle.
Que nadie espere tampoco una revolución. Lo que McCartney ha hecho ha sido poner todo su talento en el asador.
El resultado es un disco muy orgánico con reminiscencias de todas sus etapas musicales. Un trabajo cuya portada muestra a un McCartney de 15 años, completando el proceso de rejuvenecimiento forzado que se observa en los diseños de sus discos desde hace tiempo.
UN PRODUCTOR INQUIETO En realidad, Chaos and creation in the backyard es puro McCartney, pero sacado de sus casillas por un productor inquieto con el que se puso en contacto por consejo del ya jubilado George Martin, el quinto beatle. "Queríamos hacer un disco grande, un trabajo con mucho soul que revelara al verdadero Paul, y eso es exactamente lo que hemos hecho", ha declarado Godrich.
Canciones oscuras e introspectivas se combinan con piezas casi folk e incursiones rockeras. La publicación del disco coincide con una nueva gira estadounidense de 37 ciudades que comenzará el 16 de septiembre. El próximo verano está previsto un nuevo desembarco de Paul McCartney en Europa.
