Francisco Pedraja (Madrid, 1927) ha aceptado hacer pública buena parte de su producción pictórica de los últimos ocho años, los mismos que llevaba sin exponer, y para ello ha elegido el Museo de la Ciudad Luis de Morales, de Badajoz, la ciudad que ha hecho suya. La exposición Paisajes 1996-2004 está integrada por 35 óleos y 16 dibujos, que permanecerán en la capital pacense hasta el 21 de noviembre y luego pasarán a la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, de Sevilla.

Según dijo ayer el propio pintor durante la inauguración, en su obra de los últimos ocho años se observa cierta evolución. "Pero no voy a cambiar después de tantos años de forma de pintar y tantos años que yo tengo", dijo. Sin embargo, reconoció que "sí se nota un cambio".

Su pintura se caracteriza, según dijo, "por el desenfado, por pintar como me ha dado la real gana siempre, no haber estado a la moda, sino siempre hacer auténticamente lo que uno quiere y desea". Sus trazos son buena prueba de su forma de crear, pues los cuadros muestran "la entrada de la pintura, sin esconderla, con toda sinceridad".

El artista defendió que su opción por los paisajes se sustenta en que "los paisajes pueden ser tan emotivos y tan comunicativo como unas figuras, o más, porque hay muchos silencios interiores que se hacen patentes en la forma de expresarse en un paisaje".

Como ejemplo, mencionó su cuadro El árbol muerto , junto a una floración inmensa. "Es la vida y la muerte, el tránsito". Dijo que algunos cuadros son como el tiempo, condensado. En La ventana , la visión interior sale fuera "a ver lo que ocurre, a llenarnos de la realidad y transformarla dentro luego", todo eso reflejado en la ventana de un cortijo que Pedraja tiene en San Jorge de Alor, en Olivenza.

SOLEDADES Otros cuadros transmiten "dramatismo", como Cielo de tormenta o Soledades , "que son las soledades de los campos de Extremadura, que han acompañado siempre a nuestras gentes". Pedraja repite algunos motivos, como los rastrojos amarillos o el molino, que el pintor interpreta como "un símbolo maravilloso del idealismo de don Quijote".

Pedraja estuvo acompañado en la inauguración por el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, quien destacó la fama y el prestigio del artista, "que dignifica muchísimo a este museo".