Arturo Pérez-Reverte navega por esa "frontera ambigua y peligrosa" que era el Mediterráneo del siglo XVII en Corsarios de Levante , la sexta entrega de las aventuras del capitán Alatriste, un personaje que supo sobrevivir en "el mundo cruel y peligroso" de entonces, pero que, en el de hoy, "sería un marginado total".

"Alatriste era un mercenario, un asesino a sueldo, un personaje poco recomendable, pero tenía su ética, sus reglas del juego. Ahora, sería un proscrito, porque nadie entendería esas actitudes en un mundo como éste donde palabras como dignidad, reputación, decencia, vergüenza torera y honradez se manipulan continuamente".

Con esa contundencia se expresaba ayer Pérez-Reverte al presentar su nuevo Alatriste , en la sede del Instituto Cervantes.

En la sexta entrega del capitán, Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) regresa al mar, una de sus grandes pasiones, porque el Mediterráneo es "una parte olvidada de nuestra memoria histórica" y porque le apetecía contar cómo era ese "mundo cruel, apasionante y peligroso" de esclavos, galeras, berberiscos, corsarios y piratas. "Era una época dura, muy cruel, muy difícil, donde matar y morir era muy fácil".