La actriz Blanca Portillo piensa que el mito de Medea será representado en los teatros mientras "haya vida humana", ya que es una reivindicación de la figura femenina, llena de luces y de sombras, y necesita seguir presente en el imaginario colectivo para comprender la esencia de "lo humano".

Portillo (Madrid, 1963) protagoniza la obra Medea en la LV edición del Festival de Mérida, una adaptación del Centro de Producciones de Mérida que dirige el esloveno Tomaz Pandur.

La actriz reconoce vivir en estos días en "un sueño" que le ha permitido interpretar a Medea en Mérida, el mismo lugar en el que Margarita Xirgú y Nuria Espert dieron vida a la hija rey de la Cólquida y nieta del Sol.

En declaraciones a Efe, ha explicado que afronta la obra "intentando luchar" contra el peso que entraña tomar el relevo de dos actrices que rompieron las convenciones de su época, aunque lo hace con amor, con ganas de hacerlo bien y con la honestidad de alguien que quiere conmover al espectador.

Medea nació hace 75 años, de manos de Xirgú, en el teatro de Mérida, aunque sus frases fueron escritas hace 2.500 años y su figura está viva, según relata.

Destaca, por encima de todo, la feminidad de su personaje y recuerda que los orígenes del ser humano los marcó la "grandiosidad" y la capacidad de la mujer de generar vida, aunque el mundo recto y apolíneo, molesto con su superioridad, cambió el orden natural por el de un mundo machista.

En las guerras, señala, las mujeres no luchan, pero son las que aguantan y levantan un país, mantienen a los hijos y, por mucho que le pese a lo apolíneo, son "la base de todo".

De la dirección de Pandur, valora su trabajo "constante" para mostrar a un ser humano muy complejo compuesto por la Medea vengadora, la bruja y la asesina, junto a la mujer enamorada, frágil e íntima que valora los pequeños detalles y ama a su marido y sus hijos.

"A la hora de subir a un escenario, no es Blanca Portillo la que piensa, sino el personaje", según la actriz, que tiene la sensación de "estar empezando en esto del teatro".

Portillo espera seguir combinando profesionalmente el cine, teatro y televisión, piensa que todos los proyectos están conectados y que la única diferencia es la técnica utilizada, una basada en tomas que se repiten y otra en un único acto teatral.

"Nada de los que he hecho hasta ahora, lo he llevado a cabo sin la intención de hacerlo, y ahora quiero seguir buscando, encontrarme a mí misma, porque considero que mi camino vital es permanente", señala.

Como proyecto de futuro, se plantea volver a Madrid para terminar la segunda temporada de la serie de televisión Acusados .