Nuevas caras, nuevo discurso para la cultura extremeña. La personalidad calmada del nuevo presidente Guillermo Fernández Vara sustituyó ayer a la animada del anterior, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Era el primer encuentro multitudinario del mandatario de la comunidad autónoma con el mundo de la cultura, en el acto que tradicionalmente abre la celebración del Día de Extremadura.

El acto reunió en el Museo Pedrilla de Cáceres a tres de las cuatro personalidades que cuatro jurados eligieron como las más relevantes el pasado año para recibir los Premios Extremadura a la Creación: el poeta español Tomás Segovia, el poeta extremeño Basilio Sánchez y el cantaor extremeño Miguel de Tena. Los dos primeros fueron elegidos por su toda trayectoria profesional como autor iberoamericano y los dos segundos por su producción del 2006. Sánchez, por el libro Entre una sombra y otra , y Tena por ganar la Lámpara Minera, el máximo galardón del flamenco en España.

El dibujante argentino Joaquín Salvador, Quino, creador del personaje de Mafalda, premiado también por su trayectoria, no pudo acudir a Cáceres debido a una operación quirúrgica. Le sustituyó su editor en España Claudio López Lamadrid.

CIUDAD La idea de apoyar a Cáceres para que sea capital europea de la cultura en el 2016 estuvo presente en la ceremonia y a los premiados se les invitó a que se conviertan en embajadores de la ciudad y de este proyecto al que aspira.

El presidente extremeño, en su intervención, posterior a la de la alcaldesa Carmen Heras, y a la de la periodista María Luisa Blanco (representante de los jurados) hizo el elogio de la cultura, de los premiados y del idioma español que comparten.

Vara repasó algunas cifras: Extremadura es la región con mayor número de bibliotecas, la de mayor número de museos por habitante y la de mayor implantación de las nuevas tecnologías en las escuelas, y afirmó que Extremadura necesita de esto para "vengarse de su historia".

Si hace más de un cuarto de siglo, el 80% de la población no tenía estudios, "nosotros no somos culpables de esa realidad, sino responsable de su cambio". Y este, dijo, es el sentido del apoyo a la cultura que se ha realizado desde las instituciones regionales durante estos años.

Al referirse a los premiados, Vara explicó que ha leído recientemente a Tomás Segovia y dijo que representa la figura del intelectual. "Reivindico --declaró-- a personas como usted, que escriben sin rencor, expresando emociones y con un lenguaje comprensible". También había leído Vara a Basilio Sánchez, colega suyo en la medicina, y escuchado a Miguel de Tena, antes de que ganara la Lámpara Minera.

"Estamos orgullosos de ti --dijo del cantaor-- porque representas la Extremadura joven y sin complejos". De Quino, ausente, dijo que debe una visita a Extremadura. A los cuatro les pidió su ayuda para el proyecto de Cáceres 2016. "Solo nos tenemos a nosotros; pero necesitamos también a gente como ustedes y su apoyo, que sean embajadores de esta ciudad".

Tomás Segovia, que vivió en México exiliado hasta 1977 a causa de la guerra civil, leyó un elogio de la modestia (con ironía) y de la gratitud. Se vio como un autor con pocos "y heroicos" lectores, sobre todo en España, donde sus libros "son difíciles de encontrar". Se vio también con pocos (y heroicos) premios, "tres o cuatro en sesenta años". Y más que verse como símbolo del exilio español republicano, escritor independiente, sin grupo, poder ni dogma, se vio recompensado por el interés que sobre sus poemas mostró el jurado al premiarle.