La pasión por las motos de alta cilindrada y la velocidad del príncipe Guillermo tiene "muy preocupado" a Scotland Yard, que ha asignado un equipo para que vele por la seguridad del primogénito de Carlos de Inglaterra. La policía metropolitana ha expresado una "considerable preocupación" por la gran afición de Guillermo a excederse en el velocímetro de su potente motocicleta, una Honda CBR Blackbird, con la que supera muchas veces los 250 kilómetros por hora.

Tanto es así que la policía considera "imperativo" que el hijo mayor de Carlos y Diana "asista a un curso avanzado de moto" impartido por los agentes, dada su falta de experiencia, según comentaba una fuente del cuerpo encargado de la seguridad de la realeza citada el lunes por el vespertino Evening Standard .

Según el diario, uno de los guardaespaldas más veteranos del príncipe Carlos, Ian McRae, ha asumido la misión de velar por el bienestar del intrépido Guillermo, poniéndose al mando de un equipo de cuatro agentes que seguirán al príncipe en sus peligrosos paseos en moto.

LOS PLANES DE ENRIQUE Guillermo no es el único miembro de la realeza británica que da que hablar. Su hermano, el príncipe Enrique, empezó el lunes un curso de cuatro meses en un centro militar en Dorset (sur del país) donde aprenderá, entre otras cosas, a conducir vehículos acorazados y técnicas de supervivencia. El príncipe tenía la intención de alquilar una casa cercana a la base para poder verse con su novia, Chelsy Davy, pero el Ejército británico ha desbaratado esos planes, según reveló el domingo el tabloide británico The Mail on Sunday .

Cuando los mandos militares de la Household Cavalry, el cuerpo al que pertenece Enrique de Inglaterra, se enteraron de esos planes románticos advirtieron al príncipe de que su obligación era permanecer en el cuartel con todos sus compañeros.