Antonio Rabinad es uno de los secretos mejor guardados de la literatura española. Y la culpa, según confiesa, sólo la tiene él. Superviviente, junto a Juan Marsé, de la Escuela de Barcelona esa a la que pertenecieron Gil de Biedma y Barral. Siempre ha sido un excéntrico.

La buena noticia es la reciente aparición de El hacedor de páginas , (Lumen) una nueva novela de este autor autodidacta. El hacedor de páginas es Héctor Tortolero, "un tipo imaginativo y lastrado de complejos", que llega a la España del posfranquismo, pero esta historia es tan sólo la primera capa de una novela de novelas que funciona a manera de cajas chinas, porque Tortolero trabaja como lector y se obsesiona con un libro cuya trama se entrelazará con la realidad.