Haber sido capaz de hacer "una epopeya sobre un mundo tan difícil y rico a la vez como es el mundo vasco", es una de las razones por las que Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923) fue galardonado ayer con el Premio Nacional de Narrativa 2006, concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con 15.000 euros para la mejor obra narrativa publicada en cualquiera de las lenguas del Estado.

En concreto, el jurado premió Las cenizas del hierro , Premio Nacional de la Crítica en el 2005, tercer volumen de la trilogía Verdes valles, colinas rojas que la editorial Tusquets comenzó a publicar en el 2004, una saga de más de 2.000 páginas y unos 200 personajes que repasa la historia del País Vasco desde finales del siglo XIX hasta la pasada década de los 80. La tierra convulsa y Los cuerpos desnudos son los anteriores títulos de esta ambiciosa obra que arranca con la industrialización y habla del enfrentamiento entre los grandes patronos y la clase obrera.

Pinilla comentó la satisfacción que le producía este premio. "Para seguir escribiendo no necesito que nadie me anime", dijo. En 1960 y 1961 recibió al Nadal y al Nacional de la Crítica, respectivamente, con la novela Las ciegas hormigas .

Pese a que durante más de tres décadas se alejó del mundo editorial, el escritor vasco siempre ha mantenido una gran actividad literaria. A finales de octubre se presentará su última novela, La higuera , un libro que también empieza en la guerra civil, cuando las tropas de Franco entran en Getxo, su lugar de residencia desde los 27 años y escenario de gran parte de sus narraciones.

LA CASA DE UN ROJO La novela arranca con la llegada de los falangistas a la casa de un rojo "para matar, como de hecho hacían tanto en la propia guerra como en la posguerra". Uno de ellos cruza la mirada con un niño de 10 años, hijo de la víctima de turno. El falangista ve los ojos de alguien que le dice que le matará cuando sea mayor, y eso le marca para siempre. Pinilla también ha empezado a trabajar en una novela policiaca.

La vinculación de su obra a un mundo concreto ha llevado a los críticos a incluir a Pinilla en el grupo de autores con "territorios propios", como el norteamericano William Faulkner y el alemán Thomas Mann, según señaló el miembro del jurado Andrés Sorel.