Las aventuras de Huckleberry Finn es posiblemente la mejor novela de Mark Twain. Retoma uno de los personajes de Las aventuras de Tom Sawyer (publicada en 1876), adopta la estructura de libro de viajes (aunque habría que hablar más propiamente de fuga) y sigue la peripecia de un marginado social (Huck Finn), a los ojos de la intransiguente sociedad norteamericana, y que traba amistad con un esclavo negro.

Novela picaresca, novela de aprendizaje, aborda en sus páginas temas como la esclavitud, el racismo, la familia o la libertad. El paisaje de fondo del río Mississipi, escenario de la infancia del autor, símbolo del progreso. Como es característico de la obra de Mark Twain, el humor atraviesa la novela como contrapunto de la vida precaria de sus personajes. Su importancia para la narrativa norteamericana contemporánea es tal que Ernest Hemingway afirmó de ella partía la novela posterior de aquel país.