Meterse en la mente de un frío asesino en serie no debe de ser nada fácil. "He pasado malos ratos. Tuve que hacer un esfuerzo de introspección para meterme en la cabeza de alguien que va narrando uno a uno sus crímenes y lo que siente al arrancar vidas. He pasado miedo porque escribo de noche y cuando te metes en la cama lo haces con el asesino. Hasta he llegado a dejar la luz encendida y me daba miedo moverme. Cuando el personaje se apodera de tu pluma, te arrastra. Se ha ido creciendo él solo". Inquietante ha sido para Reyes Calderón (Valladolid, 1961) la gestación de su sexta novela, El último paciente del doctor Wilson (Planeta), en la que retoma a su protagonista estrella, la jueza de la Audiencia Nacional Lola Machor, que tan buenos resultados ha cosechado en novelas como Los crímenes del número primo . En la novela, Rodrigo es alguien aparentemente normal que empieza a cometer asesinatos aleatoriamente porque "cree que está haciendo avanzar a la ciencia", cuenta Calderón. "Rodrigo discute con su psiquiatra hasta qué punto alguien que mata se vuelve loco y como no sabe responderle decide hacer su propio experimento", añade.