Esta vez sí estaban esplendorosas. Los Reyes sobrevolaron ayer en helicóptero las costas coruñesas asoladas por la marea negra del Prestige, como hizo en el 2002 el entonces ministro Federico Trillo. En aquella ocasión, Trillo vio las playas "esplendorosas", pero esa sentencia triunfalista no pasaba la prueba del algodón, y si uno posaba la toalla en un arenal de la Costa de la Muerte, lo más probable es que acabase tirándola en un contenedor llena de manchas de chapapote. Tres años y medio después eso ya no ocurre, y los Reyes pudieron comprobar en persona que la costa ha recobrado toda su fuerza y su vitalidad.

Juan Carlos y Sofía, acompañados por el presidente de la Xunta, el socialista Emilio Pérez Touriño, y por la ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa, observaron desde el aire la zona ribereña entre la localidad coruñesa de Malpica, en la Costa de la Muerte, hasta Ribeira, en la ría de Arousa, en una mañana soleada y muy calurosa. El propio Juan Carlos pilotó el helicóptero con el que sobrevolaron también el Parque Natural de Corrubedo, uno de los espacios protegidos que más sufrieron la catástrofe del Prestige.

El Rey ya conocía esta zona, pues en el 2002, pocos días después de desencadenarse la marea negra, visitó algunos de los puntos más afectados por el chapapote. También por aquellas fechas viajó a Galicia el Príncipe de Asturias, que estuvo en la parroquia de Aguiño, perteneciente al Ayuntamiento de Ribeira, donde pudo observar cómo los marineros luchaban para impedir que el fuel entrara en la ría de Arousa.

MUESTRAS DE AFECTO La gente del lugar recuerda con especial afecto el interés de la Casa Real durante los momentos más duros de la catástrofe, y por eso se volcaron para recibir a los Reyes cuando, poco después de las once de la mañana de ayer, aterrizaron en las pistas deportivas de Ribeira, una localidad pesquera de 28.000 habitantes que acoge el puerto de bajura más importante de España. Los lugareños mostraron su cariño a los visitantes con banderas de España y de Galicia, pancartas y hasta camisetas que rezaban Monarquía, sí señor, viva la infanta Leonor. Los Reyes se saltaron el protocolo varias veces para saludar y hablar con los vecinos.

En nombre de los ribeirenses, el alcalde de la localidad, José Luis Torres Colomer (PP), agradeció la solidaridad que la familia real mostró entonces con los ciudadanos gallegos y su lucha contra la marea negra.

Los Reyes tomaron de nuevo un helicóptero para continuar su visita por Galicia, una tierra que ven, dijeron, "muy transformada y modernizada". El viernes estuvieron en A Coruña y Ferrol, y ayer, además de la Costa de la Muerte, visitaron lugares de Pontevedra y Ourense como la cooperativa cárnica Coren. Hoy presidirán en la localidad pontevedresa de Marín la entrega de despachos en la Escuela Naval Militar.