Parece ser que todo ha sido un susto y que el desconsolado Albert Solé recuperará en breve su Goya robado, ya que éste por fin está en poder de la Academia de Cine, después de que el ladrón decidiera ayer, tal y como se lo llevó, devolverlo al diario El Mundo, según ha confirmado la Academia.

"No soy un ladrón. Vi la estatuilla tirada en el ropero y le dije a la encargada: 'Dame mi abrigo y el Goya', confiesa en las páginas del diario el ladrón, un crítico de cine en paro que asegura que sólo intentaba "protestar por el sectarismo y el nepotismo que imperan en el cine español". "En el cine español siempre le dan las subvenciones y los premios a los mismos", señala este joven de poco más de 30 años y que el diario identifica con las iniciales de K.N.T..

Lo cierto es que Albert Solé, que está a la espera de que la Academia le envíe el Goya a Barcelona, ha pasado unas horas horribles, ya que después de la alegría que supone ganar un Goya, confesaba ayer, que había experimentado una "especie de coitus interruptus", cuando al ir a recoger la estatuilla del guardarropa en donde se celebraba la fiesta de "Los crímenes de Oxford", éste ya no estaba.

"Es un robo a la ilusión de muchos años", aseguraba el realizador catalán, que había recibido el Goya al mejor documental por "Bucarest. La memoria perdida", filme en el que repasa la lucha política de su padre, el ex ministro de Cultura y uno de los padres de la Constitución, Jordi Solé Tura, desde los años de exilio durante el franquismo hasta su lucha actual contra el alzheimer.

Incluso, la presidenta de la Academia de Cine, Ángeles González Sinde, hacía un llamamiento y pedía que se lo devolvieran, "porque un Goya es algo irreemplazable". La estatuilla diseñada por José Luis Fernández y que representa un busto de Francisco de Goya, está valorada en más de mil euros.

Los hechos ocurrieron en una discoteca de la madrileña calle Echegaray, en donde el equipo de la película "Los crímenes de Oxford", de Alex de la Iglesia, que obtuvo tres de los seis a los que optaba, celebraba la fiesta posterior a la gala de los Goya.

Allí llegó un flamante Albert Solé con su Goya bajo el brazo, pero cuando decidió retirarse a dormir se encontró con que la "chica del ropero le había dado la escultura a un chico con gafas", recordaba el cineasta.

El caso es que ayer por la tarde el arrepentido ladrón se puso en contacto con el periódico y se concertó una cita para su devolución en el Templo de Debod, en pleno centro de Madrid, en donde la entregó metida en dos bolsas de plástico, según publica El Mundo.

Incluso su director, Pedro J.Ramírez, ha colgado un vídeo en la página web del diario, en el que muestra el Goya y se felicita por la recuperación.