"Abre la puerta niña, que el día va a comenzar", canta Triana en el escenario de la ribera del Guadiana. Llueve, pero el público no se mueve para vivir con intensidad del tributo que Extremúsika rindió ayer al rock andaluz. Todo un lujo a pesar del mal tiempo porque mereció la pena comprobar que aquel movimiento sigue vivo tras convertirse en una referencia durante la transición española. Alameda, Lole Montoya, Raimundo Amador, Tabletom, Imán Califato Independiente, Smash con Manuel Molina... Nombres que marcaron una época en la música de raíces andaluzas como puente entre el blues y el rock. Una vez más, Extremúsika demostró que los festivales que crecen son los que arriesgan y los que, también, logran atraer a espectadores que poco o nada tienen que ver con un perfil juvenil. Con sus paraguas y chubasqueros, padres de familia mezclados con jóvenes más maduros disfrutaron con la maestría de Juan Reina, líder actual de Triana que estuvo arropado por unos músicos magníficos.

También se subieron al escenario Pepe Roca y Rafael Marinelli, dos de los fundadores de Alameda que, con un sonido estupendo como el de Triana, demostraron que la veteranía es calidad. La hondura de Lole Montoya dio brillo a la tarde-noche del rock andaluz, una experiencia de la que la organización puede sentirse muy orgullosa porque, a falta de sol, la música sirvió para calentar los corazones con canciones que no han perdido vigencia. "Es una alegría estar aquí y ver tanta gente joven", decía emocionada Lole Montoya. Matrimonios y parejas, distintas edades y diferentes generaciones. La música que vino del sur y que también sirvió para hacer crecer ayer a Extremúsika.