El escritor peruano Santiago Roncagliolo refleja en su novela Abril rojo , merecedora del Premio Alfaguara 2006, las profundas heridas que han dejado en su país la barbarie del terrorismo de Sendero Luminoso y de la lucha antiterrorista, máxima expresión de "la brutalidad a la que puede llegar una sociedad".

Roncagliolo, que a sus 31 años recién cumplidos se ha convertido en el escritor más joven de cuantos han ganado este importante premio, ha sabido impregnar de humor la primera parte de la novela, aunque, poco a poco, la amargura y la desolación que recrea en ella acaba con cualquier sonrisa. "Quería que al lector se le congelase la carcajada en la boca a medida que va leyendo el libro", afirma.

Abril rojo tiene poco que ver con Pudor , su anterior novela y una obra cuyo éxito le ha permitido a Roncagliolo dedicarse sólo a la literatura.

Ese cambio de registro se debe a que le gusta explorar "nuevos temas, nuevos géneros, nuevos recursos creativos", y porque también es eso lo que él busca en la lectura: "viajar a distintos universos, a distintas realidades y sensaciones". El origen de Abril rojo está en el trabajo que el autor desarrolló en el campo de los derechos humanos en su país hasta que se vino a vivir a España hace seis años. Durante ese tiempo acumuló información sobre "muchas cosas de las que no se hablaba en ese momento en Perú, como las denuncias por desapariciones o las torturas".

"Fue un proceso de inmersión en el horror, de ir descubriendo cosas que yo no sabía y que en Perú se silenciaban. Todos sabíamos de la barbarie terrorista, no de la que se había hecho para combatir el terrorismo", dijo.