El secreto final se ha desvelado. Con los libros desde la pasada medianoche en las manos de miles de lectores y las incontrolables indiscreciones de la prensa internacional y los navegantes en la red, a estas alturas el mundo entero sabe que Harry Potter no muere. Ni él, ni Hermione, ni Ron. J. K. Rowling les ha salvado de un viaje sin retorno, pero al mismo tiempo les ha castigado con la cruel maldición de convertirse en vulgares adultos.

El epílogo de Harry Potter and the Deathly Hallows se titula Diecinueve años más tarde y el paso del tiempo parece haber borrado cualquier huella de la magia irracional y adolescente de nuestros héroes. Harry se ha casado con Ginny y tiene tres hijos. Ron y Hermione también han pasado por el matrimonio y son padres. Dos grandes periódicos europeos, Le Parisien francés y El corriere della sera italiano, entre otros, revelaban ayer el desenlace de una saga monumental, con la que ha crecido una generación entera en los cinco continentes.

CEREMONIA DEL ADIOS J. K. Rowling, la mujer que ha marcado un hito en la historia universal de la literatura, ofició anoche en el Museo de Historia Natural de Londres la ceremonia del adiós. La escritora inglesa, que dijo sentir "una mezcla de excitación, nervios y alivio", leyó algunos pasajes de su última obra ante un grupo de entregados fans que la escucharon sin perder detalle. "Todos los secretos con los que he cargado durante tanto tiempo van a ser también vuestros", había declarado horas antes la autora, advirtiendo a los seguidores de Harry Potter que más de uno iba a llorar.

Seis personajes mueren y hay escenas de violencia y tortura, lo que ha hecho ya que algún crítico la clasifique como la más tenebrosa y amarga de la serie.

El lanzamiento del libro, precedido de varios días de filtraciones, histeria y alguna que otra amenaza legal, pretender superar el listón de ventas que la propia Rowling ha situado ya en la estratosfera. Harry Potter ha vendido hasta el momento 325 millones de libros en todo el mundo. La sexta entrega, la más solicitada, alcanzó los 65 millones.

En el mundo editorial se cree que ese récord será batido por este séptimo, pudiendo alcanzar toda la colección la cifra inaudita de 400 millones de ejemplares. Harry Potter and the Deathly Hallows se ha publicado simultáneamente en 93 países y sólo en Estados Unidos los libros impresos alcanzan los 12 millones. En el Reino Unido se distribuirán este sábado 600.000 ejemplares, uno por cada 43 hogares británicos.

REPARTO ESPECIAL El servicio de correos ha montado una jornada especial de reparto para poder cumplir con todos los pedidos. La pasada madrugada, y a pesar de la amenaza de las lluvias torrenciales que están barriendo el Reino Unido, varios cientos de personas hacían cola en el Waterstone de Picadilly para conseguir su preciado tomo.

Fenómeno global, la escena se repitió en otros lugares del planeta, donde Harry Potter ha sido recibido con todos los honores. En Tailandia fue el embajador británico, David Fall, quien en persona entregó el libro al primer cliente en un centro comercial de la capital, Bangkok.

Además de movilizar a la diplomacia, Harry Potter ha desatado una disparatada guerra de precios entre las grandes tiendas del Reino Unido. El precio inicial recomendado para el libro por la editorial Bloomsbury fue de 26,7 euros. A partir de ahí, librerías y supermercados han ido rivalizando, poniendo los ejemplares cada baratos. Anoche la cadena Morrisons los rebajó a 4,99 libras (7.4 euros), un penique menos que los de la competencia en Asda. Todo ello, sin embargo, en inglés porque la traducción en castellano no llegará hasta 2008.