Aitana Sánchez-Gijón supo que sería actriz el día en que su familia le dijo que no haría la primera comunión. Tenía 8 años y lloró por perderse una actuación con todas las miradas fijas en ella. Horas antes, había recorrido el pasillo, una y otra vez, ensayando andares de princesa.

La misma intensidad dramática se apoderó de ella cuando leyó el guión de El maquinista , de Brad Anderson. "Era el desasosiego en estado puro. Como espectadora no me gusta el cine de terror psicológico. Pero no pude decir no. Es el mejor guión que he tenido en mis manos", reconoció ayer la actriz en el festival de Sitges, donde se presentó esta película.

Christian Bale, firme candidato a Batman , es el protagonista de una trama inquietante y magnética, que no esconde sus referentes cinematográficos. Scott Kosar, el guionista, se inspiró en El amigo americano , de Wim Wenders, y El quimérico inquilino , de Roman Polanski. "Y literarios", añade Sánchez-Gijón, que releyó a Dostoievski para entender el infierno que rodea al protagonista.

"La historia llega porque cuenta lo que es el sentimiento de culpa".

El nombre de Bale ya suena en las quinielas para el Oscar al mejor actor. "Mi candidato es Javier Bardem, pero no me gusta hacer pronósticos. Ni pienso en dar el salto al cine americano. Estoy mayor para hacer piruetas en Hollywood".