En el día de su 78 cumpleaños, el actor Sean Connery presentó ayer en Edimburgo sus memorias, Ser un escocés , un libro con pocos datos autobiográficos pero en el que este intérprete, que ha sido James Bond, Robin Hood, el Rey Arturo o el padre de Indiana Jones, rinde homenaje a su adorada Escocia.

En sus memorias, Connery (Edimburgo, 1930) dedica el primer capítulo a su vida antes de entrar de lleno en unos ensayos sobre la cultura y la sociedad escocesas, incluidos el deporte, el cine y la arquitectura.

A pesar de estar prácticamente retirado del mundo del cine, el escocés vivo más famoso no ha dejado de atraer admiradores ya que las entradas se agotaron para la presentación de este libro durante el Festival Internacional del Libro de Edimburgo. En una sala abarrotada, Connery hizo reír a la audiencia --formada por unas 300 personas-- al contar anécdotas de su infancia, que mezcló con su incondicional defensa de la independencia escocesa. El actor, oriundo de una familia de pocos recursos, recordó los primeros años de su carrera después de trabajar como lechero y dedicarse al culturismo.

Además explicó su afición al golf, que empezó cuando tomó clases para Goldfinger , uno de los seis filmes de Bond.