Nuestra primera población a visitar en esta ruta en Alcúescar, en cuyas inmediaciones se encuentra una de las muestras de arte visigodo religioso más importante de la Península: la Basílica hispano-visigoda de Santa Lucía del Trampal.

Alcuéscar, apenas a unos kilómetros de la autovía A-66, dispone también dentro de su caserío de su iglesia parroquial de la Asunción, de finales del siglo XV.

Cerca y a los pies de la sierra de Montánchez encontramos Arroyomolinos de Montánchez, donde no faltan edificaciones con clásico sabor de buena arquitectura popular. La iglesia parroquial es la de Nuestra Señora de la Consolación, edificada en mampostería y sillares.

Pasamos bajo la atenta mirada del castillo de Montánchez para conocer su bella localidad situada a su falda. El origen de Montánchez se remonta a época prerromana, siendo de gran importancia estratégica durante la dominación musulmana. El castillo, de origen almohade y construido en el siglo XII, con reformas cristianas posteriores, es una atalaya ideal para divisar el paisaje de la comarca.

Su iglesia parroquial de San Mateo es del siglo XVIII, disponiendo la población también de interesantes casas de origen nobiliario y algunas ermitas de estilo barroco, entre las que destaca la del castillo. Gozan de gran fama tanto sus jamones, chacinas y embutidos como sus vinos y las fiestas carnavalescas de los jurramachos .

Seguimos nuestro recorrido hasta Albalá, donde podemos disfrutar de edificaciones de tipo popular y un edificio religioso de interés: la iglesia parroquial de María Magdalena, de finales del siglo XVI y realizada en sillería.

Desde Albalá vamos hasta Torre de Santa María, que posee bellas casas encaladas con fachada en granito. Destaca su iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.

La cercana Valdefuentes apenas posee indicios del que fuera antiguo Palacio de los Marqueses de Valdefuentes, edificado en el siglo XVI. Dedicada a Nuestra Señora de la Bienvenida y en estilo barroco es su iglesia parroquial del siglo XVII. Interesante también es la iglesia realizada sobre el que fuera convento de San Agustín, del siglo XVIII y que sería conocido popularmente en su tiempo como el pequeño Escorial.

Hacia Torremocha nos desviamos para conocer la localidad de Benquerencia, donde podemos visitar su iglesia parroquial de San Pedro Apóstol. Interesante son también el ayuntamiento y la ermita del Cristo del Amparo.

En Torremocha aún encontramos algunos edificios donde se vislumbra sobre sus fachadas la Cruz de Malta. La iglesia parroquial es de los siglos XVI al XVIII y está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, siendo de estilo barroco algunas de sus ermitas.

Desde allí y en plena meseta trujillano-cacereña encontramos Botija, famosa por los yacimientos arqueológicos de la Edad del Hierro encontrados en su término y de la prerromana Tamusia. Posee en su caserío la iglesia parroquial de Santa María Magdalena, del siglo XVII.

Al igual que en Botija, la zona de Plasenzuela, es rica en yacimientos arqueológicos de época prerromana. Su iglesia parroquial es la de Ntra. Sra. de la Asunción, del siglo XV en estilo gótico y reformada posteriormente en el XVIII.

Más al norte nos acercamos hasta Santa Marta de Magasca, que cuenta con una atractiva Plaza Mayor y un típico rollo fechado en el s. XVI. Interesantes son su iglesia parroquial de Santa Marta, del siglo XVI, y el conocido Palacio de Pascualete que perteneció a los Condes de Romanones.

Hacia el sur está La Cumbre, de origen medieval, relacionada con el Señorío de los Barrantes,familia cuya casa-palacio del siglo XVI aún se conserva. Pasamos por las cercanías de Contreras para llegar a Ruanes, que dispone en su caserío de una iglesia edificada originariamente en el siglo XV, nos referimos a la de la Asunción.

Cercana al río Tamuja hallamos Salvatierra de Santiago, con yacimientos de época romana y árabe. En su plaza Mayor se encuentra el llamado Hospital del Peregrino, edificio de siglo XVI. Su iglesia parroquial de Santiago es del siglo XVII. Ya fuera de la localidad se encuentra la ermita del XVII dedicada a Nuestra Señora.de la Estrella.

Nuestro próximo destino es Zarza de Montánchez, donde sobresale una importante edificación religiosa: su iglesia parroquial de San Miguel, cuya construcción se inició en el siglo XVI y donde se pueden observar influencias del arte gótico y renacentista.

Desde Zarza de Montánchez, pasamos por Valdemorales, con un interesante edificio religioso del siglo XV: su iglesia parroquial de San Andrés.

Almoharín, famosa por su producción de higos es una localidad de probable origen árabe, que siglos más tarde pasaría a la Orden de Alcántara. Su iglesia parroquial de El Salvador tiene una magnífica galería de dos pisos, lo que contribuye a que su plaza Mayor sea uno de los rincones artísticos más notables de esta comarca.

Subimos hacia el norte y llegamos a Robledillo de Trujillo. La torre de su iglesia parroquial de San Pedro, edificada en el siglo XVII en mampostería, se divisa desde la lejanía.

En Ibahernando podemos contemplar interesantes hallazgos de época romana y visigoda de gran interés. La basílica de Santa María, fechada en el siglo VII, está situada a poca distancia de Ibahernando, y también en las afueras de la población encontraremos la ermita de Nuestra Señora de la Jara, del siglo XVIII.

Arropada por la sierra se divisa desde la autovía Santa Cruz de la Sierra, magnífico mirador natural, en cuyas tierras se han encontrado restos del paso de la cultura prerromana, romana e incluso visigoda, quedando aún restos de un castillo de época árabe. Su iglesia de la Vera Cruz fue construida en el siglo XVI. Del XVII se observan las nostálgicas ruinas de un convento agustino. Al pie de la sierra de Santa Cruz encontraremos la localidad de Puerto de Santa Cruz donde podemos ver, realizada de mampostería en el siglo XVI, su iglesia parroquial de San Bartolomé, con una interesante galería de un solo piso.

Hacia la localidad de Miajadas por la autovía A-5 encontramos localidades como Villamesías, Abertura, y Campolugar.

Nos acercamos hasta Miajadas, pujante población agrícola con restos de un castillo medieval que tuvo desde el siglo XIII y uno de los edificios religiosos más impresionantes de la zona: la iglesia parroquial de Santiago, iniciada en los siglos XV y XVI y finalizada en el XIX, en cuya dirección trabajó el célebre arquitecto Pedro de Ybarra.

De estilo barroco es su iglesia de Nuestra Señora de Belén del siglo XVIII, iniciada como ermita y hoy día segunda parroquia de Miajadas.

Muy cerca de Miajadas, por la carretera EX-102, encontramos Escurial, con una bella plaza en torno a su iglesia parroquial de la Asunción, edificada en mampostería a partir del siglo XVI.

Hacia Zorita pasamos por Alcollarín donde podemos conocer un par de edificios histórico-artísticos interesantes: su iglesia de Santa Catalina y las ruinas del que fuera palacio de los Pizarro-Carvajal, del mismo período que la iglesia.

A escasos kilómetros llegaremos a Zorita, cercana a Guadalupe y a la sierra del mismo nombre, en plena EX-102. Su iglesia parroquial es la de San Pablo, edificada en el siglo XVI, siendo también interesante la ermita barroca de la Fuensanta, del siglo XVIII donde se venera a la patrona de Zorita.

A pocos kilómetros de Zorita se encuentra, en dirección hacia Trujillo, Conquista de la Sierra, perteneciente a la familia de los Pizarro, de cuyo palacio aún quedan restos.

Un poco más al norte llegamos a Herguijuela, famosa por sus antiguos lagares y por la crianza de buenos vinos. Han aparecido en su término restos romanos y visigodos. Su iglesia parroquial de San Bartolomé es del siglo XVI y fue construida en mampostería. Su núcleo guarda también el conocido palacio de los Condes, donde figura el escudo de la casa de Alba.

Un poco más al norte se encuentra Madroñera, en plena sierra de Trujillo. En su plaza del Rollo hay una picota del siglo XVI.

Desde la autovía A-5 nos detenemos en la Aldea de Trujillo, con una iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora del Rosario, en estilo barroco y construida en el siglo XVII. Desde esta localidad se accede al Parque Nacional de Monfragüe.

Y finalmente llegamos a Trujillo. En época prerromana fue conocida como Turgalium. La Torgiela árabe, así se conoce Trujillo, haría que El Edrisi dijera de ella "que es grande y parece una fortaleza". Fue conquistada por las tropas cristianas en enero de 1232.

El Descubrimiento de América y la figura del descubridor del Perú, el trujillano Francisco Pizarro, le ha otorgado un lugar principal en estos hechos históricos.

El castillo, situado en la zona más elevada de la ciudad, es de la época califal y en él se encuentra el santuario dedicado a la patrona de Trujillo, la Virgen de la Victoria. De la zona amurallada y de las puertas quedan cuatro: la de San Andrés, Santiago, de El Triunfo y de La Coria.

De sus iglesias destaca la de Santa María la Mayor, probablemente edificada sobre el solar ocupado por una mezquita árabe hasta el s. XIII; la iglesia de Santiago, que conserva una imagen del siglo XIII; la Virgen de la Coronada y la del Cristo de las Aguas, del siglo XVI, en la iglesia de San Martín. Carlos V, Felipe II y Felipe V estuvieron orando en ella.

De los edificios civiles sobresalen el Alcázar de los Bejaranos, el de los Altamiranos y el de los Chaves. En este último se hospedaron los Reyes Católicos cuando visitaron Trujillo en 1477 y 1479. Por su parte, la Casa de los Orellana data del siglo XVI.

La plaza Mayor de Trujillo, durante siglos, ha sido el centro comercial de la ciudad. En ella podemos admirar la estatua ecuestre de Francisco Pizarro, obra del escultor norteamericano Carlos Rumsey.

De los palacios de Trujillo sobresalen el de los Duques de San Carlos, el del Marquesado de Piedras Albas, el de Los Marqueses de la Conquista y el de Juan Pizarro de Orellana.

Gatronomía

La gastronomía destaca en esta zona por los magníficos jamones en Montánchez, donde no falta el buen vino, al igual que en la vecina Alcuéscar. Higos en Almoharín y Arroyomolinos. Y los embutidos y productos del cerdo ibérico, quesos de oveja y cabra, dulces monacales y caseros. Son excelentes los vinos en Trujillo, que acompañan a las migas, caldereta de carne de cordero o frite de cerdo.