La original versión de El sueño de una noche de verano puesta en escena por la Compañía Nacional de Danza logró durante los dos días que se representó en el Festival de Teatro Clásico de Mérida vencer al intenso frío y a su adaptación a un nuevo y complicado escenario. Los instrumentos, tan simples como la danza, el teatro y la música en directo, lograron poner en pie a un público que sólo cubrió la mitad del aforo del teatro y dedicó una gran ovación a los artistas.

La responsable de la Compañía Nacional de Danza de Portugal, Ana Pereira, afirmó que lo más difícil fue adaptar la obra al escenario del teatro romano, puesto que hasta ahora habían actuado en escenarios cuadrados y aquí se han encontrado con una escena rectangular. Por su parte, el bailarín Roman Vassiliev destacó la experiencia que ha supuesto actuar en un marco como el teatro emeritense pese a las dificultades para adaptarse a un escenario tan grande.

De los 50 bailarines que componen la compañía portuguesa siete son españoles, entre ellos Carlos Labiós, que interpretaba a Lisandro. Tras el estreno él mismo explicaba que a pesar del intenso frío la experiencia de poder bailar al aire libre fue muy bonita y algo "diferente".

Por otra parte, la Compañía Nacional de Danza de Portugal aclaró que el ensayo previo al estreno no fue un ensayo general puesto que éste se produjo el pasado 3 de junio en Lisboa. De esta forma, el 5 de julio los periodistas asistieron a "un pase técnico".