Fuera del Max Schmeling Halle nieva con ganas, pero dentro Shakira enciende el escenario moviendo sus muslos a lo Tyra Banks con una violencia nada reñida con la sensualidad y sacude por los aires la bandera de la grandiosa reina del pop que es.

Shakira, la minúscula chica que salió de Barranquilla, no ha logrado pasar del 1,60, pero a los 30 años que estrenó el viernes puede proclamar que es un gigante. Indiscutida en la cumbre de su carrera, la cantante colombiana mira sus raíces y siembra su camino de proyectos bienintencionados. En Berlín, horas antes del recital, firmó un acuerdo con Seat por el que se sortea un Leon Cupra, modelo único, entre los que, hasta el 15 de mayo, envíen un mensaje telefónico desde 15 países europeos.

´SMS´ SOLIDARIO El sms cuesta un euro y los beneficios son para la Fundación Pies Descalzos, que vela por los niños colombianos más desamparados, no pocos precisamente. La entidad se preocupa de dar cobertura a más de 4.000 menores en un país saqueado por la corrupción y la guerrilla.

El coche, que será entregado al ganador del sorteo en el Salón del Automóvil de Barcelona, a principios de junio, es una virguería de color morado metalizado y 240 caballos: el artefacto más potente jamás construido por Seat. Los interiores los ha diseñado la propia Shakira, que se confiesa amiga de llevar riendas y volantes. También da muestras de su fuerte carácter en las ruedas de prensa. Una miembro de la campaña de comunicación intenta atajar las preguntas. La cantante, sin perder la sonrisa, no le hace caso y todavía responde a un par más.

Una periodista de Macedonia la invita a visitar el lugar natal de Teresa de Calcuta. Después, en el concierto, con el ombligo al aire, Shakira demuestra que la caridad puede vestir otros hábitos.