El carismático Robert Englund (California, 1947) se marchará este año de Sitges con una Máquina del Tiempo, curioso trofeo que reconoce a los grandes del cine fantástico, debajo del brazo. Lo recogió la madrugada del martes antes del pase de Jack Brooks: Monster slayer , simpática película de serie B donde encarna a un profesor chiflado, y en el marco de un acto donde se ganó a sus incondicionales.

El premio atiende a varias razones, pero sobre todo a que el actor (y director ocasional) ha dado vida en repetidas ocasiones a Freddy Krueger, uno de los personajes más importantes del cine de terror modern.

Visto por primera vez en la espléndida Pesadilla en Elm Street (1984), película que generó una saga que todavía colea, aquel individuo con la cara quemada, un mugriento jersey a rayas y cuchillas en las manos se coló en los sueños de los púberes e indefensos personajes del clásico de Wes Craven y sus secuelas y derivados.

El actor no cree que el terrible asesino de las cuchillas frenara su carrera o le llevara a encasillarse en un tipo concreto de películas: "He sido muy afortunado por poder interpretar a ese personaje. Si me hubiese llegado antes, quizá habría frenado mi carrera, pero cuando Craven me llamó ya había hecho otras películas y demostrado que podía moverme en géneros distintos", cuenta Englund.

Para el actor, presente en largometrajes de terror tan emblemáticos como Trampa mortal (1977), Muertos y enterrados (1981) y Wishmaster (1997), tampoco ha sido nunca dramático interpretar totalmente caracterizado.