Para un joven a punto de cumplir los cuarenta años después de haber cantado en el metro, en las calles, en los pequeños cafés de Madrid, componer un disco, alternar la gira de presentación de este con conciertos en compañía de Las Maris o preparar nuevas grabaciones, significa que la vida no le ha tratado excesivamente mal. Tiene sus sombras, reconoce Javier Alvarez (Madrid, 1969). Pero nadie le podrá reprochar la suerte y el trabajo. "Soy un afortunado, como dice mi madre. Así que estar aquí es algo por lo que dar gracias. Y luego hay que currárselo", afirma el músico madrileño.

Mañana presenta en Badajoz Guerrero Alvarez , su último disco, el primero después de cuatro años de silencio. Es un disco especial porque lo ha grabado gracias a su amistad con el cantante extremeño Pablo Guerrero. Ambos se conocieron en 1995 y trabaron una amistad y una admiración mutua. "Le admiro, sí --declara Alvarez--. Es un sabio y una persona bondadosa. Me siento como si fuera su alumno".

ONCE POEMAS Hace dos años, Alvarez le pidió a Guerrero que le escribiera una letra para una canción. No hubo que esperar demasiado. A los pocos días, como poseído por un arrebato de inspiración, el músico extremeño se presentó ante Alvarez con once poemas.

"En cuanto leí el primero de ellos cogí la guitarra y rápidamente salió una melodía como un torrente", cuenta Alvarez. Así que completando su parte se encontró con la sorpresa inesperada de un nuevo disco, "un regalo de los dioses".

Tras su debut en 1994 con Javier Alvarez , dos años después apareció Dos y en 1999 Tres , al que siguieron Grandes éxitos (2001) Tiempodespacio (2003) y el doble cedé Plan Be (2005).

Guerrero Alvarez (una ironía, si se piensa en el carácter pacífico de ambos músicos) contiene dos partes, como si fueran la cara A y B de un disco de vinilo: unos temas de corte más electrónico con evocaciones de Ultravox, Dead Can Dance, y otros de corte rockero con guiños a clásicos como a Nancy Sinatra en Botas de andar o a la Velvet Underground en Azar .

Aunque parezcan cuatro años los que median entre su última grabación y esta, en realidad, solo fueron dos. Un periodo de silencio, que reivindica el propio músico. "El silencio es importante, era una asignatura que necesitaba pasar para poder decir luego algo interesante. Para madurar es inevitable".

Y roto ese dique silencioso, Alvarez entró en el proceso de creación que considera el momento "mejor" de su trabajo. "Uno no se acostumbra. Entonces es lo más bonito que puedes vivir. Y así es como salen las mejores canciones".

¿Y qué encontró en los poemas de Guerrero? "Un recorrido por las cosas cotidianas de la vida. Una poesía sencilla y honda". ¿Y qué halló Guerrero en la música de Alvarez? "Pablo es un sol y me dice que lo mío le gusta mucho, y así se expresó cuando escuchó las canciones".

El disco aparece en un periodo de convulsiones para la industria discográfica. Sistemas de internet como Spotify, con la posibilidad de crear listas propias de escucha, o el fenómeno de las descargas ilegales (esta semana se supo que las ventas de discos cayeron más de un 30% en el primer semestre del 2009) han puesto en cuestión la idea de obra acabada. Así, uno podría tomar unas canciones de Guerrero Alvarez , unirlas a otras de Tiempodespacio y hacerse uno su propio disco.

"Me parece estupendo. Yo lo hacía grabando en casete. Creo que pueden convivir el disco y ese puzzle que uno se compone. Hoy no se venden muchos discos, pero se venden lo suficiente. Lo salvaje es lo que le pasaba a Michael Jackson, que tenía que vender un número determinado y muy alto de discos".

No es un buen momento entonces para los músicos, afirma Javier Alvarez. "La cultura es un arma peligrosa para el poder. Woody Gutrie lo decía en su guitarra: ´Esta máquina mata fascistas". Y tiene que enfrentarse a ese poder, al imperio de las empresas, "del dólar. No es fácil, no".

De manera que hoy a lo único a que aspira Alvarez es a que le salgan conciertos con su banda.

MICHAEL JACKSON En su mundo sonoro pueden convivir sin problemas Leonard Cohen y Michael Jackson. De este último admiraba "su forma de componer y cantar, más incluso que su baile, que era la parte más vendible de él a través de sus vídeos. Pero yo he aprendido mucho de él".

¿Y qué puede decir de Pedro Guerra que hoy canta en Badajoz? "Que lo quiero mucho, que le tengo mucho cariño, y eso que quisieron ponernos a competir al principio de nuestras carreras".

Pero la competencia se diluyó en el escenario, donde han coincidido en más de una ocasión y en los estudios (Guerra colaboró en el primer disco de Alvarez. "Me hizo la música de Amor en vena , que posteriormente cantó Antonio Vega"). "Así que lo considero un maestro".