Hasta ahora, la noticia sobre Munich es que no habría noticia, sólo cine. Consciente de que tiene una polémica película entre manos --una mirada al batallón israelí encargado de matar a los terroristas que asesinaron a 11 atletas de Israel en los Juegos Olímpicos de 1972--, Steven Spielberg había decidido no meterse en la ruleta de la promoción antes de estrenar su trabajo el próximo 23 de diciembre en Estados Unidos.

Sin embargo, él mismo se ha saltado su regla y ha llegado a los quioscos un número de la revista Time con una entrevista exclusiva con el director judío, cuya imagen aparece en una portada con el titular: La obra maestra secreta de Spielberg .

Hablando con cautela extrema de la complicada situación política de Oriente Próximo, del conflicto palestino-israell y de su colaboración con el dramaturgo Toni Kushner en el guión, Spielberg ha dado otro golpe maestro. Y no ha sido el único. Este poderoso cineasta, sin que haya mucha explicación posible aparte de la fama que se ha labrado con su talento y su trabajo, ha conseguido colocar ya este proyecto, que ha estado protegido por el más absoluto secretismo, en todas y cada una de las apuestas que hacen ya quinielas para los Oscar. Y eso que prácticamente nadie ha visto la película.

UN PROYECTO ESPERADO Munich es un trabajo de dos horas y media, rodado con 70 millones de dólares entre junio y agosto en Malta, Budapest, Nueva York y París. Spielberg lo había acariciado desde hace años, pero en tres ocasiones se detuvo. La primera fue en 1998, cuando su amiga y coproductora habitual, Kayhleen Kennedy, compró los derechos de Venganza , un libro escrito por el exagente del Mossad George Jonas.

"Se lo dejaré a otra persona, a alguien más valiente", recuerda Spielberg al rememorar aquel momento. En 1999 Kennedy volvió a insistir pero tras los atentados del 11-S Spielberg creyó que el proyecto no era adecuado. Además, no le gustaron los tres borradores del guión.

Fue después cuando Spielberg cumplió su deseo de colaborar con Kushner, el autor de Angeles en América y obras como Homebody Kabul, también judío. El premio Pulitzer le presentó un borrador de 300 páginas y escritor y cineasta culminaron el guión tras un año de colaboración en el que, según Kushner, ambos se "afectaron mutuamente política y emocionalmente". Kushner estuvo presente el 90% del rodaje. Lo que ambos han construido es una "ficción histórica" y Spielberg quiere insistir en que no es una película documental sino "inspirada en acontecimientos reales. La ficción --ha dicho-- llega en las relaciones interpersonales de los cinco miembros del escuadrón de antiguos agentes del Mossad".

EL LIDER DEL ESCUADRON Es la atención a Avner Kauffman, el líder de ese escuadrón, al que da vida el australiano Eric Bana, uno de los ejes centrales para esta película que Time describe como "infinitamente más compleja en su parte moral que las películas de acción a las que superficialmente se parece".

Una de las escenas que promete levantar polémica es un encuentro del personaje de Bana con el líder de los terroristas palestinos, donde este ofrece su visión de la lucha. Y Spielberg lo defiende. "Sin ese contexto habría hecho una película de Charles Bronson, buenos contra malos, judíos matando a árabes sin ningún contexto --ha dicho--. Y yo nunca iba a hacer esa película".