Los hermanos Wachowski perdieron la imaginación, o las ganas de ponerse manos a la obra y crear algo que estuviera a la misma altura de la primera entrega de Matrix , y tras finiquitar la serie de ciencia ficción protagonizada por Neo, Morfeo y Trinity se han dedicado a facturar producciones cada vez más desesperantes. V de Vendetta tenía cierto empaque, pero traicionaba el espíritu de su creador, el guionista de cómics Alan Moore, mientras que Speed racer era un espectáculo tan colorista como indolente.

En una línea similar estaría Ninja assassin , un filme parco y poco sorprendente --en su acumulación de secuencias de acción salvaje como única razón de ser-- que hace años habría engrosado las listas anuales del cine exploit y unos cuantos más se habría estrenado en una sala de programa doble. Ni la presencia en el guión de J. Michael Straczynski, guionista de El intercambio de Eastwood , le otorga la mínima credibilidad.

Cierto que algunas de sus secuencias son más espectaculares e incluso están mejor rodadas que las de cualquier cinta barata de acción y artes marciales de los años 80, pero eso no lo redime de su condición de producto sin personalidad: una simple sucesión de peleas del asesino ninja protagonista, que ha traicionado a los suyos.