Sueños es una película tan incómoda como necesaria. Una cosa es ver en los telediarios la locura que se vive a diario en las calles de Bagdad y otra muy diferente es que venga un cineasta y muestre en la gran pantalla toda esa miseria humana durante dos horas. El filme, que se estrena hoy en España, mezcla realidad y ficción para narrar la vida de tres iraquís: una joven que está a punto de casarse, un estudiante de medicina y un soldado. Los tres se convierten en víctimas tanto del régimen de Sadam como de los invasores estadounidenses. A juicio de su director, Mohamed Al-Daradji, Sueños no es una película política. "Lo sería si hubiera propaganda, pero no la hay".