Roman Polanski se desprendió ayer, a mediodía, del brazalete electrónico que le aprisionaba el tobillo. Nueve meses después de ser arrestado en Zúrich cuando iba a recibir un premio por su carrera, el cineasta franco-polaco fue liberado. El Gobierno suizo decidió rechazar la petición de extradición de Estados Unidos, donde es reclamado por la justicia por haber mantenido relaciones sexuales con una menor, de 13 años en ese momento. El delito persigue al prestigioso director de El pianista desde hace 33 años.

El encierro --dos meses en la prisión y siete confinado en su chalet de Gstaad tras pagar una fianza de tres millones de euros-- y la incerteza que han debilitado la salud del director, de 76 años, acabaron ayer con el veredicto anunciado por el país helvético.

"El señor Polanski es libre de desplazarse. Puede ir a Francia, a Polonia y a cualquier lugar donde no pueda ser arrestado", dictaminó la ministra de Justicia, Eveline Widmer-Schlumpf, antes de precisar que "Estados Unidos no puede recurrir la decisión de Suiza". Un juez californiano ha publicado una orden internacional de arresto para juzgar de nuevo a Polanski por unos hechos sucedidos en 1977 --en la residencia californiana del actor Jack Nicholson-- y por los que pasó entonces 42 días en la prisión. El cineasta se dio a la fuga la víspera de la sentencia por temor a una condena de 50 años de cárcel y se refugió en su ciudad natal, París.

A juicio de sus abogados, Polanski purgó ya su falta durante las cinco semanas que pasó privado de libertad, tras las que alcanzó un acuerdo amistoso con la víctima que el juez norteamericano no considera válido. A su juicio, el magistrado utiliza el caso para hacerse publicidad. Argumentan también que la petición formal de extradición --en el 2009-- se produjo cuando hacía años que Polanski se desplazaba libremente al país alpino, donde posee un chalet en la estación de esquí de Gstaad.

La decisión de la justicia suiza la ha propiciado la justicia norteamericana al no haber facilitado esta el dosier sobre el proceso de Polanski pedido por las autoridades helvéticas, con el argumento de que se trata de información confidencial. "No se puede excluir que la demanda de extradición sufra de un vicio grave. Vistas las incertidumbres que subsisten, la petición de extradición debe ser rechazada", concluye el Ministerio de Justicia.