-¿Cómo es la obra?

-Es una comedia musical muy divertida. Es un poco una caricatura de toda la sociedad griega y se extiende hasta hoy en día porque es una sátira política, sátira moral, pero todo tratado con mucho humor, con mucha comedia, en una línea muy familiar, pero sí que tiene pinceladas de crítica. También trata el amor y la infidelidad. Es un vodevil.

-Y la bella Helena, ¿cómo es?

-Es la mujer más bella del mundo, según la obra. Es un personaje muy divertido porque es una mujer que está atrapada en un matrimonio que no va a ningún sitio y se siente muy desdichada porque no tiene al lado un hombre que le haga sentir mujer y que le satisfaga en todas sus necesidades y busca eso fuera del matrimonio. Está tratada también con mucho humor, con mucha gracia.

-¿Qué siente al ver que la mayor guerra de la historia se produjo por culpa de su personaje?

-Más que por mi culpa es por una serie de acontecimientos como la disputa entre las tres diosas. Al final el mundo se mueve por muchas cosas, una es el dinero, otra es el sexo, el amor, y esto es una comedia que trata eso, es algo muy carnal.

-¿Cómo afronta su primera obra de teatro clásico?

-Cuando me lo propusieron no tuve dudas, al contrario. Al ser un reto diferente a lo que yo había hecho hasta ahora me pareció una propuesta muy interesante y no la rechacé.

-¿Cómo han sido los ensayos?

-Maravillosos. Duros porque había mucha información y mucha gente pero es un proceso muy bonito. Es cuando estás investigando cosas y conociendo a gente como mis compañeros que son todos espectaculares tanto a nivel personal como a nivel profesional son un 10. Para mí, ha sido como una oxigenación porque llevaba muchos años haciendo mi ‘Libro Mágico’, mis espectáculos para niños y ha sido como ponerme las pilas y salirme de lo que estaba acostumbrada.

-Hasta hace un par de días estaba interpretando a Frozen, ¿cómo es este cambio?

-Todavía lo estoy compaginando. Esto es lo bonito que tiene ser actriz, el poder estar en diferentes pieles casi a la misma vez y en eso consiste mi trabajo y espero que siga así muchos años y poder meterme en la piel de una persona, incluso de un muñeco o de una princesa.

-Cuando empezó en este mundo, ¿pensó en venir a Mérida?

-Era inimaginable, como muchas de las cosas que he vivido desde ese pistoletazo de salida que nos dio Operación Triunfo. Yo veía a otros actores y decía que cómo habían accedido ahí o cómo habían tenido esa oportunidad y de repente aquí estoy.

-A unas horas del estreno, ¿cuáles son las sensaciones?

-Hay mucho gusanillo, muchas ganas de pisar ya el teatro para ver los problemas técnicos que nos vamos a encontrar porque las distancias cambian mucho de la sala de ensayo con el lugar in situ. Tengo muchas ganas de probar la obra entera y ver cómo nos manejamos por ese teatro en ese escenario.