"Dame un judío y te lo devolveré quemado". Este lema de un inquisidor del siglo XVI reflejó la animadversión contra el primer enemigo interior de la España católica: los judíos.

Les siguieron en este rol moriscos, protestantes, ilustrados y masones, dado que la Inquisición inventó y persiguió sucesivos chivos expiatorios para fomentar la cohesión y el control social.

Para Toby Green --profesor de la Universidad de Birmingham descendiente de judíos ibéricos--ello sitúa a la entidad en el plano político (y no religioso), por lo que analiza su evolución como "una historia de poder y de abuso de poder". Aunque la bibliografía sobre el tema es abundante y notable, La Inquisición , que publica Ediciones B, es interesante en tres aspectos. Por una parte, ofrece una visión conjunta de la Inquisición española (1478-1834) y portuguesa (1536-1821) desde sus orígenes hasta su abolición, mostrando su similar función política y configuración, ya que dependieron del Rey y no del papado y se expandieron por los respectivos imperios. Por otra parte, efectúa reflexiones generales reflejando los procedimientos, metas e impacto de los inquisidores.

Por último, Green sostiene tesis incisivas que pueden ser controvertidas. Afirma que la Inquisición creó un rencor social que llevó a su destrucción al tornarse contra ella en el siglo XVIII y también que contribuyó al declive de los imperios hispánicos al crear sociedades intolerantes, en la medida que bajo su presión España y Portugal perdieron el carácter cosmopolita que les otorgó su diversidad religiosa y les permitió actuar ventajosamente en un mundo colonial formado por distintos pueblos y realidades.