José Luis Alcaine no es una estrella del cine, pero a veces su trabajo es uno de los primeros que recogen los comentarios de espectadores a los que no les ha gustado la película: "Magnífica fotografía", dicen. Así que a Alcaine no le hace falta ser estrella para que algunos de sus trabajos sean recordados precisamente por su fotografía (en buenas y malas películas).

¿Cómo será la fotografía de Teresa, muerte y vida ? "La pintura es la referencia de la época en que está ambientada. Los cuadros de Zurbarán, de Caravaggio y Veermer de Delft". Alcaine ha tenido que ver pinturas y analizar la arquitectura de entonces para iluminar la película y reproducir el modo en que la luz se difundía cuando no había electricidad y aquella provenía de velas o candiles.

Alcaine pertenece a la generación de Víctor Erice, de Gutiérrez Aragón. "Era una época, los años 60, en que las referencias eran pictóricas; la transición del blanco y negro al color" lo que determinó una manera de fotografiar, que acabó con la irrupción de la publicidad y los videoclips. De sus 40 años laborales y decenas de películas destaca sus trabajos para El sur , Demonios en el jardín o Belle Epoque . "Siempre trato de plegarme a los directores" afirma. Ello explica su versatilidad y su firma en títulos como Volver , de Almodóvar, Tirante el Blanco , de Aranda, y Teresa, muerte y vida , todos recientes. De este último dice que "es un filme de actrices, y eso te condiciona". Tienen que salir atractivas. "Para eso --dice sonriendo-- van los espectadores".