Dani Rovira (seguro). Pese a algún desliz (¿ponerse tacones para lanzar una arenga feminista? ¿seguro?), condujo la gala con aplomo, estuvo brillante en el monólogo inicial y, sobre todo, logró que la cosa no se alargara más de la cuenta.Texto despiece horizontal.

J. A. Bayona (emocionado). Hartón de llorar el que se pegó el director de la Trinitat, incapaz de reprimir las lágrimas cada vez que alguien de su equipo subía a recoger un premio. Cuando le tocó a Jota, su hermano gemelo Carlos le sustituyó y lloró por él.

Emma Suárez (pletórica). Mejor protagonista y mejor secundaria. Y porque darle el premio de actriz revelación tras 35 años de carrera habría sido un exceso. Normal que acabara gritando: «¡Más películas!»