El director y guionista británico Edgar Wright, muy popular en su país y admirado por los devoradores de cine de género de todo el mundo, presentó ayer en el festival de Sitges (fuera de concurso) Arma fatal , una auténtica bomba de relojería, de ritmo trepidante y magnífico sentido del humor que combina con picardía acción, comedia, misterio y horror.

Responsable de Zombies party (2004), homenaje a los filmes de muertos vivientes, el cineasta vuelve a rendir tributo a un subgénero concreto. Esta vez, el cine de policías. "He querido homenajearlo en su sentido más amplio. Y digo homenajear porque hay quien piensa que mis películas son parodias del cine de zombis o del de policías cuando, en realidad, son homenajes",subraya Wright.