Cansada de haberse convertido en objeto de burla por parte de algunos diarios sensacionalistas, Tyra Banks se defendió el jueves, entre lágrimas, de todos los que la han llamado gorda con un explícito "iros a tomar...".

El origen de las acusaciones son unas fotografías en las que Banks, que siempre ha sido una de las modelos más voluptuosas del panorama internacional, aparece en una playa australiana con exceso de peso y marcas de celulitis. Bajo el título de "Tyra, chuleta de cerdo", y otros tanto o más despectivos, varios rotativos sensacionalistas se han cebado con la modelo y presentadora estadounidense, que tiene 33 años.

Pero Banks aprovechó su espacio televisivo, The Tyra Banks show y un amplio reportaje en la revista People para defenderse de "todas las personas que tienen algo malo que decir de las mujeres decepcionadas, abandonadas o insultadas". La que fuera una de las supermodelos con más éxito de los años 90, afirmó que lo más importante para ella es decirle a las jóvenes que, a pesar de los desagradables comentarios de los tabloides, la foto de la discordia "no es fea".

Con el mismo bañador y una enorme reproducción de la instantánea motivo de la discordia, Banks afirmó: "Si tuviera una baja autoestima, estaría en estos momentos muriéndome de hambre". "Eso le pasa a muchas mujeres en este país", añadió la exmodelo. Tyra Banks reconoció que ha ganado 13 kilos desde que dejó de aparecer en las pasarelas, pero que, a pesar de eso, sigue sintiéndose una mujer atractiva: "Me quiero mucho, soy preciosa, es fantástico".