La penúltima entrega de Harry Potter, la más violenta, tenebrosa y siniestra de la taquillera saga, se estrena mañana en todo el mundo. Ayer, sin embargo, circulaban por internet los primeros 36 minutos de la película. La distribuidora Warner emitió un comunicado en el que aseguró que estaba investigando la filtración "ilegal" y que a su responsable le caería "todo el peso de la ley". Se trata, a su juicio, de una clara "violación de los derechos de autor" además de un "robo" a la propiedad.

Tras constatar que Las reliquias de la muerte (al menos, una parte de ella) navegaba a sus anchas por internet, Warner rastreó la red para evitar la propagación. Tarea titánica la de la distribuidora, que se tiene que enfrentar a algo parecido a encontrar una aguja en un pajar. Con independencia de las páginas en la que estén alojadas las copias pirata, es prácticamente imposible saber quién la ha podido subir a internet. Solo habría una manera de averiguarlo: que la copia tuviera alguna marca que la pudiera identificar con su propietario, ya esté ubicado este en el estudio, laboratorio, sala de montaje o cualquier otro departamento por el que haya circulado la película antes de estrenarse.

Warner no quiere que suceda lo mismo que con la anterior entrega de la saga Harry Potter. Según varias fuentes, El misterio del príncipe (que recaudó 690 millones de euros en todo el mundo) fue una de las cintas más pirateadas en el año 2009, con más de ocho millones de copias ilegales. El dato, sin embargo, es aproximado y poco de contrastado porque es literalmente imposible saber cuántas copias ilegales han sido bajadas de internet por los usuarios.